Paz Vega, la ganadora del Goya, debuta como directora en cinta homenaje a la infancia y a las madres

“Ahora nosotras somos así porque nuestras madres se encargaron de inculcarnos eso de: ‘Tú estudia, trabaja, no dependas de un hombre”. Palabras de Paz Vega, quien cuenta los días para presentar su primera película como directora y guionista, este viernes 25 de octubre.

De nombre ‘Rita’, la cinta es una historia con tintes autobiográficos que es un homenaje a la infancia y a las madres, reseña la prensa española. Y aunque la protagonista es una niña de siete años, la figura de la madre es clave en la ópera prima de la actriz. “Esas madres sacrificadas que estaban en un lugar del que no podían huir por muchas circunstancias, no solo porque ellas no quisieran, sino que había una sociedad que no las dejaba”, comenta a Vanity Fair.

“Creo que la película la tienen que ver las madres con las hijas porque se van a reconciliar y van a entender quizá muchas decisiones que no pudieron tomar. Ahora desde nuestra perspectiva nos sorprende, pero nosotros somos así porque ellas se encargaron de inculcarnos también eso de: “Tú estudia, trabaja, no dependas de un hombre”. Creo que esa generación nos cambió el destino a las mujeres de hoy en día”.

Vega recuerda su primer día de rodaje con mucho cariño. “Sentí mucha felicidad. Estaba al nivel de energía al 150 por ciento y fue como si fuera una niña pequeña que va por primera vez a Disneyland. Obviamente, antes de iniciar hay un trabajo previo con tu equipo durante varias semanas, donde vas a las localizaciones, pasas por toda la planificación. El primer día es como un bautizo, como una fiesta. Era el momento de disfrutarlo aunque un rodaje es muy duro, son muchas decisiones que hay que tomar al día, cambios de opinión en minutos porque pasa algo, sumado a los problemas y la adrenalina”.

¿Qué sentimientos le genera 'Rita'?

La actriz y modelo española ha dicho que el entorno en el que se mueve Rita es la Sevilla que ella conoció. "La Sevilla de los 80, que yo tendría ocho años, es la que yo recuerdo. Era otro barrio al mío pero es prácticamente igual, con los patios de vecinos que se conocen. Mis vecinas eran parte fundamental y las puertas casi siempre estaban abiertas en casa. Había una familiaridad que ahora no hay, sabías lo que le pasaba a todo el mundo. Esa Sevilla, esos taxis, los autobuses llenos que recuerdo ir con mi madre… Son sensaciones que he querido transmitir a través de la narrativa, que no hay tanto diálogo sino una narrativa más sensorial, que te evoca lugares, olores y te lleva a los sentimientos a partir de pequeños detalles. Para mí es una carta de amor personal a mi propia infancia".