ru24.pro
World News in Spanish
Октябрь
2024
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19
20
21
22
23
24
25
26
27
28
29
30
31

Jorge Ponce revoluciona el 'true crime': la realidad vestida de humor en 'Medina, el estafador de famosos'

0
Abc.es 
Era la primera vez que me veía a mí mismo en la pantalla de un cine. Algo me dice que creo que será también la última. Fue el pasado 2 de octubre, en los Golem de Madrid, durante el pase privado en el que un grupo de unas sesenta personas (se aceptaban también animales de compañía, de ahí mi presencia, supongo) reclutados por Jorge Ponce, Javier Valera y el equipo del Terrat pudimos ver los dos primeros capítulos del metadocumental 'Medina, el estafador de famosos'. Allí andaban Grison, Broncano, Lucía Etxebarria, Leiva, Carlos Areces, Berto Romero, Ingrid García-Jonsson, Castella, César Camino, Joaquín Reyes… Y servidor, como el periodista de ABC que destapó la estafa en 2017. Solo tres de los presentes nos atrevimos a levantar la mano en el patio de butacas cuando preguntaron cuántas víctimas de Medina había en la sala. Cobardes. El resultado acaba de estrenarse en Prime Video o «Amazon Prime y un montón de palabras en inglés», como aclaró nuestro anfitrión para los adictos al Chromecast. No se lo pierdan. Yo ya venía prevenido por Ainhoa, de la productora: «Sales en el primer capítulo». Y vaya si salgo: mi cara de mapamundi coge todo el ancho de la pantalla. Allí estaba yo, con la infaltable Mariajo al lado, descojonándome de la risa con el último gran invento de este malagueño al que se le conoce, sobre todo en los últimos años, por codirigir y meterse cada noche en nuestras casas con 'La Resistencia' y, desde hace un mes, con 'La Revuelta', que capitanea David Broncano en TVE. Nos despacharon los dos primeros capítulos de un producto tan ingenioso como real: la historia de Antonio Medina, un tipo común, «uno de mi calle», como le describiría el cronista Serrat, que durante dos décadas ha ido por Madrid dejando sin calderilla a lo más granado del universo catódico español: de Andreu Buenafuente a Carlos Jean ; de Kira Miró a Miguel Rellán; de Joaquín Reyes (memorable es su metedura de pata) a Iker Jiménez y Carmen Porter (quienes, a juicio de lo visto en el documental, no derrochan sentido del humor precisamente, y eso que se les presuponía por las historias que nos cuentan). Así, hasta medio centenar de famosos cuyos relatos confirman lo que sospechábamos: mucha estrella de la tele no tiene en la cartera ni para pagarse un café. Al menos, en efectivo, que Medina no acepta Bizum. La historia es tan real como surrealista: Medina caza a gente conocida del medio en plena calle y les hace creer que ha trabajado con ellos como operador de cámara en algún programa. Quizá acostumbrados como estamos a la realidad paralela que marcan las redes sociales, un hombre de mediana edad; vestido como un hombre de mediana edad; que habla como un hombre de mediana edad; aseado como un hombre de mediana edad; amable como un hombre de mediana edad; en fin, alguien aparentemente normal puede llegar a parecer una estrella fugaz en ese paisanaje de brilli-brilli que conforman los de la farándula. Y pican. Pues por eso mismo se creen sus víctimas que la hija de Antonio, según él cuenta, está en el hospital de tetrapléjicos de Toledo convaleciente de una paliza sufrida a manos de un grupo de neonazis de Moncloa cuando la chica iba paseando tranquilamente con su novia por Juan XXIII y cuyos autores están en busca y captura. No, no es el argumento de una novela de Juan Gómez Jurado. Ese, al menos, es el cuento que le echó al arribafirmante. El misterio de lo cotidiano hace que te tragues el anzuelo, que hasta te creas que puede ser que una noche te fueras de cañas con Antonio y hasta asistieras a la boda de su niña, aunque no te acuerdes ni de dónde lo viste por última vez. Y así es como, al despedirte de él y darte la vuelta, vuelve a interpelarte para pedirte (eso sí, con mucha vergüenza fingida) si le puedes dar algún euro para ir a ver a la infortunada al hospital, que el pobre se ha quedado sin blanca después de morir también su esposa y dejar el curro para cuidar de la nena. El drama de la clase media, rumian los incautos desde su atalaya catódica, quizá. Algunos soltaron 5 euros, otros 20 y hasta los 50 de Buenafuente, que, según su relato, parece que sufrió más una extorsión que un timo. Con esta premisa, que es real, Jorge Ponce se tira a la piscina y narra de manera lineal en el tiempo la búsqueda de este trilero de esquina de barrio. Monta su propio equipo de investigación (con sus caras pixeladas, como buenos reporteros infiltrados), contrata a un par de detectives que ni Mortadelo y Filemón, tira de «periodistas serios» (es la primera vez en 25 años de profesión que me llaman así) y hasta cuenta con un psiquiatra forense para trazar el perfil del fugitivo, al que durante cinco capítulos busca por todo Madrid. El resultado de esta aventura es una maravilla en la que la propia realidad no tiene ni que ser forzada, porque es tan paralela que da lugar a situaciones con las que el guionista y director de cine (que también tiene sus totales en el documental) Borja González Santaolalla ('Way down', 'Amar es para siempre'…) ha tejido una narrativa que revoluciona lo que hasta ahora conocíamos como 'true crime'. El visionado de los dos primeros episodios tiene hasta su 'cliffhanger' (vamos, su cebo), que conviene imaginar con el soniquete en off de Glòria Serra: ¿Conseguirá Ponce encontrar a Antonio Medina? Es más: ¿realmente existe Antonio Medina? O lo que es peor: ¿Le quitará la exclusiva Ana Rosa Quintana? El desenlace pueden verlo ya en Prime Video. Merece mucho la pena.