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'The second woman', 24 horas de teatro en el Central de Sevilla

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Abc.es 
'The second woman' no es una obra de teatro al uso, entre otras cosas porque dura nada menos que 24 horas. Tras la Bienal de Flamenco, el Teatro Central reabre sus puertas con su propia programación con esta pieza. Si se entra en la página web del teatro, un cronómetro va señalando en descuento, lo que falta para la celebración de esta epopeya teatral. Durante 24 horas sin parar la actriz María Hervás compartirá escenario con 100 partenaires, representando una y otra vez una escena entre un hombre y una mujer en una relación que ha perdido su creatividad y romance. En una actuación de resistencia épica inspirada en la película 'Opening Night' de John Cassavetes , ninguno de los '100 Martys' diferentes ha conocido o ensayado con 'Virginia/María Hervás', y la mayoría de ellos no son actores profesionales, son personas que para algunos es su primera experiencia teatral. Esta producción es una colaboración entre el Grec 2024 Festival de Barcelona y el Teatro Central de Sevilla , que reúne a dos de las instituciones culturales que más apuestan por la innovación escénica con una de las actrices más dotadas de nuestro país. Tanto si el espectador decide quedarse durante 24 minutos o las 24 horas completas, 'The second woman' es una experiencia teatral cinematográfica única, en la que el escenario ofrece al público una vista de gran angular de la acción, mientras múltiples cámaras capturan y comparten primeros planos en vivo. Sobre el escenario María Hervás que, durante una jornada, completa recibe uno tras otro a un centenar de compañeros de escena, desde actores profesionales hasta otros muchos que no lo son, con los que representa el mismo ritual: la conversación entre una pareja cuya relación ha perdido toda su creatividad y romanticismo. O a lo mejor no es siempre exactamente la misma escena, porque los diálogos están escritos para fomentar la variación y hacer posibles distintas formas de movimiento. Lo que suceda (duro, pero no violento, y con contenido verbal sexual incluido) se podrá ver en formato completo en el escenario, pero también si el espectador quiere ver el detalle, lo puede hacer a través de una pantalla situada junto al escenario. De esta forma, en vivo y en vídeo, ambos lenguajes se complementan en una función pensada para que el público pueda entrar y salir de la sala cuando lo considere conveniente. Pero quien permanezca un buen rato en la butaca puede que compruebe que, más allá de las diferencias, quizás todos los participantes que se identificaban con el papel masculino reproducen un mismo comportamiento, comparten un mismo estado emocional o reaccionen de maneras similares cuando se sienten amenazados. María Hervás comentaba que estos días había hecho una video-llamada con las directoras. «Una de ellas es actriz que lo ha hecho seis veces. Yo lo voy a hacer por segunda vez aquí en Sevilla, esta es una de las dificultades, que ya lo he experimentado a nivel actoral y me han dado pautas para ver cómo integramos eso, para que sea un trampolín a nuevas cosas o cómo estar ligada al presente, porque al fin y al cabo el público sí que es nuevo». La actriz ha destacado que la intención es «no partir desde ningún lugar, desde algún sitio muy neutral. Ha habido una recolocación del espacio escénico para hacer borrón y cuenta nueva. Básicamente lo que las directoras insisten mucho es en la conexión humana: quién es este ser particular que acaba de entrar, porqué me mira así..., ese es el anclaje absoluto para mí como intérprete«. Confiesa que al ser una persona muy diurna ha intentado cambiar el horario para poder resistir las veinticuatro horas. «Al final hay que acogernos a que como celebración de la vida es tan extraordinario lo que pasa cuando dos personas intentan conectar, que este hecho te puede mantener despierta dos o tres días», aunque dice que en su actuación en Barcelona estuvo más de treinta y siete horas sin dormir. Al entrar en la sala el público se encontrará con un espacio que evoca la estética del cine independiente estadounidense de los años 70 , las imágenes en vivo de la pantalla toman sus señales estilísticas y emocionales de la historia del melodrama femenino. Una vez dentro, el público puede entrar y salir libremente durante las siguientes 24 horas. Cada escena repetida dura alrededor de 10 minutos.