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Октябрь
2024

Las estrategias de las defensas del caso Samuel Luiz: fuego cruzado y consumo de alcohol

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Abc.es 
Los cinco acusados por el crimen de Samuel Luiz se han vuelto a ver este miércoles las caras por primera vez desde la madrugada del 3 de julio de 2021 en la que el enfermero coruñés falleció tras ser brutalmente golpeado. Tres años después de su detención, dos de ellos —Katy y Alejandro Míguez— llegaron a la Audiencia provincial de La Coruña por su propio pie, ventajas de la libertad en la que quedaron como investigados. Los otros tres procesados no corrieron la misma suerte y fueron trasladados en un furgón hasta las dependencias judiciales. Sentados en el mismo banquillo, cada uno en compañía de su abogado, los señalados por la muerte evitaron dirigirse la palabra. Ni siquiera cruzaron la mirada pese a la cercanía de sus puestos. Un avance, quizás, del fuego cruzado que empezarán a disparar, presumiblemente, de ahora en adelante. Por lo de pronto, las defensas dejaron entrever algunas de sus estrategias, coincidentes en la mayoría de los casos. Llama la atención que, a excepción de Catherine (la que tiene unas circunstancias de partida más diferentes) y Kaio, todos los acusados culpen al consumo de alcohol —y otras sustancias, en algunos casos— de lo sucedido. El abogado de Diego Montaña, el acusado al que más testigos sitúan en el escenario de la muerte como partícipe, fue el que más profundizó en esta cuestión. No dudó en afirmar que su defendido estaba «mamado» el día de los hechos y manifestó que Diego había consumido una gran cantidad de alcohol esa noche y «quería gresca». «La tomó con Samuel como podía ser con cualquiera, no le busquen una explicación», expuso ante el jurado popular encargado de emitir un veredicto. Con un discurso muy descarnado, el letrado dibujó que Diego «estaba tan mamado que se cae y queda apoyado en unas escaleras». Además, deslizó que incluso pudo haber consumido otras sustancias, que tenía una dependencia del alcohol y que un portero lo había echado de un local por el nivel de agresividad que presentaba esa noche. Sin embargo, pidió al tribunal ciudadano que lo libren de la condena alegando que «no podemos perder la perspectiva». Defendió su absolución porque su cliente, dijo, «no tenía la intención de causarle la muerte a Samuel en connivencia con otro grupo de personas». «Sean justos, no justicieros, porque no se puede permitir ningún tipo de cacería, tampoco la judicial». zanjó el abogado retomando las palabras que unos minutos antes le había lanzando la fiscal del caso. La cerrada defensa de los acusados fue la tónica en una jornada en la que los abogados se dirigieron al jurado de forma directa. «La pregunta fundamental es ¿quién lo mató? ¿qué hizo cada uno?» acotó el letrado encargado de librar de la cárcel a Alejandro Míguez, que fue al límite en su intervención. «Mi defendido será un montón de basura para ustedes, pero no es un asesino» , afirmó apelando a la responsabilidad del tribunal. En la misma línea, aunque con distinto estilo, el letrado de Kaio Amaral —para el que piden 27 años por asesinato y robo— limitó la intervención del acusado en el tumulto a «intentó separar a dos de sus amigos» de la víctima. «Los hechos no son en absoluto claros (...) Ustedes verán si hay ADN de Kaio en la ropa de la víctima, o no», avanzó. «Si no le hubiera dicho a la Policía libre y espontáneamente que se apoderó de un teléfono, nadie lo hubiera sabido», insistió para aclarar a los jurados que hablar de «patadas, en plural, sobre mi acusado, no lo van a oír». El abogado de Alejandro Freire 'Llumba', por su parte, tildó de «trazo grueso» la exposición de las acusaciones y pidió a los jurados que escriban «cada capítulo de este libro que tienen que empezar en blanco». «No pueden anticipar y deben ser especialmente escrupulosos a la hora de determinar qué hizo cada cual. Esto no va de decir este pegó mucho y este pegó bastante», expresó en un intento por desmontar la tesis de la fiscal. Además, introdujo un dato no menor. La importancia de tener presente la condena a los dos menores de edad sentenciados por el asesinato de Samuel Luiz. Dos nombres que, se dirigió al tribunal, «van a oír mucho a partir de ahora». El verso suelto en esta exposición de las defensas que marcó la primera jornada del plenario fue Catherine. Su letrado empezó su intervención reflexionando sobre el papel de su defendida, una «niña» que aquella noche salió con la pandilla de su novio «por primera vez». «No hace absolutamente nada», aseguró el abogado, que mantiene que frente a lo que indican algunos testigos, Katy solo intentó «parar la agresión». Sobre su rol en el crimen, la defensa fue tajante: «Estaba en el momento más inoportuno, con la gente menos adecuada».