Por qué las empresas tech jóvenes se trasladan al Norte de la Ciudad de Buenos Aires
Los vecinos de Saavedra y los automovilistas que circulan a diario por el Acceso Norte, uno de los puntos más transitados del país, han sido testigos del cambio lento pero constante en la fisonomía del barrio. La autopista General Paz es un mirador privilegiado de las construcciones espejadas en altura que se multiplicaron con el correr de los años.
Primero fue el shopping Dot y luego, con la llegada de las oficinas de Mercado Libre al histórico edificio de Philips, acompañado por las torres de Coca Cola y Cocos Capital, hubo un antes y un después definitivo en Saavedra. De la mano de las empresas tecnológicas, una amplia oferta gastronómica, marcas reconocidas que se asentaron en la zona y una ubicación estratégica, el barrio se ha convertido en lo que algunos se atreven a denominar "El Nuevo Madero de la Juventud".
Reconversión de la Ciudad
Durante muchos años, el Microcentro fue el corazón de la Ciudad, con sus tradicionales edificios de oficinas; su oferta de entretenimiento y espectáculos, de la mano de los grandes cines y teatros; y la gastronomía, con destacados bares y restaurantes. El subte, el tren y las grandes vías de circulación "apuntaban" hacia el Sur de la Capital, donde trabajaban la mayoría de los porteños y los bonaerenses que a diario cruzaban la General Paz.
Se trata de una dinámica del siglo pasado en la que todos se tomaban el transporte a la misma hora para ir al Microcentro a trabajar; y luego volvían a su barrio, donde hacían las compras, entrenaban, estudiaban y tenían su vida "personal". Una lógica marcada por la formalidad, donde había que cumplir con un horario y vestirse de una manera determinada.
Con el paso del tiempo, las empresas y, principalmente, la movida cultural y de entretenimiento se diversificaron y encontraron su lugar en Palermo y otros barrios cercanos, como Belgrano y Núñez. Sin embargo, la rápida construcción de grandes torres sin planificación alguna provocó un colapso total de este corredor en torno a la avenida Del Libertador, con calles intransitables y sin lugar para estacionar, además de un drástico aumento del valor del metro cuadrado en la zona.
Frente a esta dinámica, junto con los cambios urbanos y culturales que aceleró la pandemia del COVID-19, los jóvenes comenzaron a moverse más hacia el norte de la Ciudad y, con ellos, se trasladaron también su cultura y las empresas tech.
Muestra de ello son las nuevas dinámicas en los ingresos de los hogares de la Ciudad, según un informe de la Dirección de Estadística y Censos de CABA, difundido en junio pasado: el ingreso per cápita familiar de los hogares del Norte se ubicó en $ 600.077, muy por encima de los $ 417.814 del Centro y de los $ 294.446 del Sur.
El nuevo Polo Tech Joven
El Polo Dot apuesta a convertirse en el nuevo centro laboral y cultural de la Ciudad de Buenos Aires. Se encuentra en la intersección en "T" de dos importantes autopistas, como la General Paz y el Acceso Norte Panamericana.
Se trata de un punto estratégico que redefine un enclave fundamental en la zona y permite captar público tanto de la Ciudad de Buenos Aires como de la Provincia. Se puede acceder fácilmente desde la zona Sur de la Ciudad a través de la Autopista Lugones, desde el Norte a través de la Panamericana, y también desde el Acceso Oeste.
En los 65.500 metros cuadrados que ocupa el Polo se llevó a cabo una reforma integral del shopping y se acaba de estrenar un edificio de modalidad coworking único en su tipo en el país. Además, cuenta con un edificio de oficinas categoría AAA y otro clase A.
Las modificaciones del shopping incluyeron el lanzamiento de Ronda, un espacio de gastronomía y entretenimiento con empresas top y de moda como Antiche, Fabric, Quotidiano, Carne y Atalaya; 11 pistas de bowling; 18 hoyos de minigolf y tres escenarios de microteatro. También hay bares, un banco, un supermercado de comida saludable, está Farmacity, una sede de Swiss Medical y hasta un centro de vacunación, sumado al amplio estacionamiento subterráneo del centro comercial.
Desde el lanzamiento de Ronda, el shopping tuvo un incremento exponencial en su facturación y un aumento en la cantidad de gente que circula diariamente por el Polo: más de 700.000 personas lo visitan por mes, un crecimiento del 12% respecto al año pasado. Además, la permanencia promedio era de cuatro horas en 2023 y hoy es de seis, y la facturación del centro comercial creció un 32%.
Este fenómeno, marcado por una mayor circulación de público, más horas de permanencia y mayor facturación, va en sintonía con la decisión de las empresas tech jóvenes, instaladas en el nuevo edificio de coworking a metros del shopping, de volver a la presencialidad total.
Preservar el talento
El Polo Dot está completamente integrado: tanto el shopping como el edificio de oficinas donde está Mercado Libre y el nuevo edificio de coworking, llamado Workplace, están conectados.
El Workplace se encuentra a metros de la sede de Mercado Libre y está diseñado y preparado para empresas tech jóvenes. Ya se asentaron 33 de las más prometedoras, como Rappi, Pomelo, ¡Appa!, Agrofy y Travel X, entre otras.
"La modalidad de trabajo y la forma en la que los trabajadores se desplazan cambió por completo. Ya no existe más ese esquema de tener que ponerse el traje y la corbata para ir al ‘barrio laboral' para después volver al ‘barrio de la vida personal' y ver a la familia y hacer diferentes actividades. Las nuevas generaciones buscan hacer todo en el mismo lugar", señala Rocío Pérez Berzoni, Líder de Comercialización del Workplace.
En ese sentido se manifiesta Damasia Jurado, CEO de ¡Appa!, una de las empresas que tiene sus oficinas en el Workplace : "El Polo Dot rompe con el formalismo de la oficina, que era el medio por cual las grandes empresas les brindaban un espacio a sus empleados para garantizarse que trabajen a cambio de un sueldo. Ahora, las nuevas generaciones se rigen por los incentivos KPIs y OKRs, lo que genera una pérdida de la cultura de la empresa y, por lo tanto, suele provocar que se pierda talento".
"Muchas veces las empresas tech jóvenes tenemos empleados que trabajan de manera espectacular, pero como lo hacen de forma remota no saben quiénes son, cómo es su forma de liderar ni qué les gusta. Por lo tanto, no se forma una comunidad, y por un salario un poco mejor o por motivos menores, se van de la empresa. Es por eso que ahora se está buscando volver a la presencialidad", agrega.
Como las empresas que buscan imponer la presencialidad pierden competitividad, las compañías tech jóvenes apuestan a romper con el formalismo de las viejas generaciones y buscan lugares de trabajo donde los empleados quieran ir a la oficina voluntariamente: "La nueva cultura laboral quiere el encuentro, el asado, la birra y diferentes actividades que antes no se mezclaban con el trabajo, pero que ahora forman parte de lo mismo y sirven para crear la cultura de la empresa".
Una "mini ciudad" a medida de la "generación relajada"
Candelaria Purdia, Center Manager del Dot, cree que la popularidad del Nuevo Madero Joven se debe a que los trabajadores de las empresas tech son "una ‘generación relajada' que quiere tener todo al alcance de la mano", y lo encuentran en esta zona de la Ciudad: estacionamiento para dejar el auto, gimnasio para entrenar, comercios para hacer las compras, bares para salir de after, muchas opciones de entretenimiento y hasta una prestigiosa universidad, que pronto abrirá sus puertas.
"En la historia de los shoppings las tiendas ‘ancla' siempre se encontraban en los pisos superiores para traccionar a los visitantes a hacer todo el recorrido por el centro comercial. Ahora que el shopping es el corazón del Polo Dot, seguimos una lógica contraria: los locales de ropa están en los pisos superiores, y abajo están el gimnasio, la gastronomía, la farmacia y el supermercado. Hicimos una reestructuración para acomodarlo a lo que quiere la gente y captar tanto al público corporativo, perteneciente a esta ‘generación relajada' que viene a trabajar al Workplace y quiere tener todo cerca, como al masivo, que se acerca principalmente los fines de semana", aclara.
Club House sin formalismos
El Workplace by IRSA está inspirado en edificios emblemáticos a nivel mundial como el Googleplex, en los Estados Unidos; The Floor, en Israel; El Cubo de Itaú, en Brasil; y el Spacieux F5, de Francia. En el país no existe otro de estas características, ya que, además de contar con los espacios de coworking y oficinas privadas, tiene una variedad de servicios impensados hasta hace poco para un lugar de trabajo.
En la planta baja hay dos auditorios y un kiosco autónomo (todos los servicios son self service a través de un QR, es decir, no hay empleados que cobren ni entreguen productos); el primer piso tiene pool, ping pong, un jenga gigante, una biblioteca abierta, dos quinchos con parrilla y próximamente habrá un tobogán que lleva a la planta baja; en el segundo piso está el siestario, la sala de brainstorming con chat GPT integrado para tener reuniones creativas y un Neverland; el tercer piso cuenta con una PlayStation 5, computadoras con juegos y sala de streaming; y en la terraza se encuentran las canchas de paddle y el vestuario.
Estos servicios motivan a las empresas a tener sus oficinas en el Workplace, y a sus empleados a querer asistir voluntariamente. Así lo confirma Alexia Keglevich, CEO de Pax: "Fuimos los primeros en elegir el coworking del Dot por la ubicación, las amenities, que son espectaculares, y las facilidades que ofrece para las empresas tech jóvenes".
"Para nosotros es el lugar ideal a razón de costo-beneficio y, además, nos permiten tener nuestra propia oficina brandeada por Pax, así que nos sentimos como si fuese nuestra propia casa", afirma.
Al respecto, Pérez Berzoni revela: "Nuestro objetivo final es que los empleados elijan venir al Workplace los fines de semana. Ahí finalmente la oficina va a dejar de ser simplemente un punto de encuentro laboral para ser una verdadera familia donde se labura, pero también se crea comunidad. Los momentos más lindos en la vida se dan en el asado, en el partido de paddle, en el bar... Acá tenemos todo eso y acompañamos a las empresas en la generación de cultura. Ese es el espíritu del club house".
Al respecto, concluye: "Sin una identidad, las empresas sufren un constante cambio de personal y el talento se pierde. La única manera de ser el nuevo Steve Jobs o Mark Zuckerberg, que es lo que buscan todos los que vienen al Polo Dot, es generando cultura y formando una verdadera familia".