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Октябрь
2024

España vuelve a ser España

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Hay goles que son una terapia. Goles como el que marcó Álvaro Morata contra Serbia. Era el segundo de España, el que aseguraba la victoria, pero sobre todo era el que cerraba la herida que había dejado abierta el penalti fallado por el capitán de España unos minutos antes.

Los partidos siempre son más sencillas con un gol a favor a los cinco minutos. Y el tanto de Laporte en un remate de cabeza hizo que España se sintiera más cómoda desde el comienzo. Tanto que podía haber acabado goleando si no hubiera sido por la falta de puntería y por el acierto de Rajkovic, el portero serbio. España no echaba de menos a Rodri. Puede que Zubimendi no sea el segundo mejor mediocentro del mundo, como dice el seleccionador, Luis de la Fuente, pero sí es suficientemente bueno para que a nadie preocupe que el juego de España descanse sobre sus pies.

España pasaba por encima de Serbia, que había llegado a Córdoba para defenderse y había visto cómo su plan se arruinaba al poco de abandonar el vestuario. El equipo de Dragan Stojkovic, grandísimo futbolista y discutido seleccionador, era el mismo que el de Dinamarca unos días. Esperar, aguantar con cinco defensas y cuatro por delante y confiar en que al delantero le caiga alguna. Y una le cayó a Mitrovic, pero la mandó fuera con el pie izquierdo.

España dominaba, llegaba con facilidad por la izquierda, donde Baena dejaba espacio para que entrara Cucurella y Merino se dejaba caer por ahí para formar un triángulo que los defensas serbios no eran capaces de contener. España llegaba por abajo y dominaba por arriba, donde la importancia de Mikel Merino era vital. Decía De la Fuente antes del encuentro que la selección tiene distintas alternativas en el juego y la presencia de Merino en lugar de Pedri lo explica. Con el canario España no hubiera insistido tanto en el juego aéreo, pero De la Fuente sabe aprovechar las fortalezas de sus futbolistas.

Todo parecía perfecto. Con la victoria España estaba clasificada para cuartos, no sufría y sólo faltaba que llegaran más goles. Un disparo de Pedro Porro que golpeó en la mano de un defensa serbio abrió el camino para que todo terminara de encajar. El árbitro pitó penalti y Morata se dirigió a lanzarlo.

El público de El Arcángel coreó el nombre del capitán igual que habían hecho el sábado en Murcia. Los aficionados han acudido a arropar la delantero del Milan después de que confesara sus problemas psicológicos la semana pasada. Esperaban el gol del «7» para gritarlo y abrazarlo en la distancia. Pero Morata fue a pegar a la pelota y la pelota se marchó por encima del larguero.

Ese error, que podía haber maltratado la cabeza del capitán se convirtió en un estímulo para seguir buscando. Y el gol llegó en una jugada de Fabián –qué importante es en el juego de la selección–, que le dio un pase desde el borde del área que Morata remató de primeras a la esquina de la portería. La sonrisa del «7» explicaba la importancia de ese gol. Un gol que es mucho más que un número. Mucho más que el segundo de España en una cómoda victoria contra Serbia. Era un gol que valía la felicidad de un hombre.

Pero no se trataba sólo de que marcara el capitán. Se trataba de cerrar la clasificación para la siguiente fase de la Liga de Naciones y de demostrar que España es la mejor selección del continente, la campeona del torneo y de la Eurocopa.

Y España lo hizo todo. Sumando, además, a futbolistas para la causa. David Raya ya estaba integrado y España aprovecha su juego con el pie para sorprender al rival. A Bryan Zaragoza se le ha visto menos, pero cada vez que juega ofrece algo diferente. A España le faltaban los regateadores, Nico Williams y Lamine Yamal, pero apareció él en la segunda mitad.

Y Álex Baena, que el pasado verano fue campeón de Europa y olímpico y que se ganó un sitio en la alineación contra los serbios. El jugador del Villarreal se atrevió a lanzar una falta al borde del área para marcar el tercero. No necesitaba terapia, pero todo suma.