El 'Financial Times' avisa de lo que va a pasar en España con el aceite de oliva: estas son las conclusiones de los expertos
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El aceite de oliva es considerado por muchos como 'oro líquido'. A día de hoy, se podría decir que es un tesoro por el alto precio al que se encuentra en tiendas y supermercados pero, originariamente, este apelativo se debe a sus cualidades como producto alimentario y a la calidad con la que se suele producir especialmente en España. Consumido en cantidades adecuadas, el aceite de oliva, más el virgen extra, puede tener un efecto protector contra diferentes enfermedades , eleva los niveles de colesterol HDL considerado como bueno y disminuye el malo, ayuda con el control de la hipertensión arterial, reduce la aparición de trombosis y previene la aparición de diabetes, entre otros beneficios, según indica la Fundación Española del Corazón. Pero la posibilidad de tomar aceite de oliva puede volverse más difícil para muchas personas debido a los aumentos de su precio , pues actualmente se encuentra rozando mínimos históricos según recoge el 'Financial Times'. El medio británico, destacado por la información que brinda sobre negocios y economía, ha publicado un artículo en el que expone el panorama actual del mercado del aceite de oliva y trata el escenario que puede darse en el futuro , centrándose principalmente en España. A continuación recopilamos parte de los datos más relevantes que ha compartido el citado periódico. Teniendo como fuente a Manuel Adamuz Comino, agricultor del sector, 'Financial Times' recuerda que España es la cuna de la producción mundial del aceite de oliva y comienzan hablando de las variables de las que depende que una cosecha de oliva sea buena: «Todo depende del tiempo. Si llueve, dentro de dos meses podría triplicar su tamaño (la oliva). Si no llueve, no habrá cosecha», indica el agricultor. De este modo se establece el primer factor del que depende este mercado: del medio ambiente, más concretamente del cambio climático, ¿por qué? Por la sequía , la cual es cada vez más probable en el sur de Europa, convirtiéndose en una amenaza en España para este y otros cultivos. Por su parte, Ignacio Silva, presidente de Deoleo, la mayor comercializadora de aceite de oliva del mundo, afirma lo siguiente: «La lógica económica del aceite de oliva de alta montaña está decayendo porque la productividad está cayendo, principalmente por el problema del agua». Esto guarda su importancia en que la aceituna tiene una relación complicada con el agua. Según recoge el medio citado, que el fruto esté demasiado hidratado no es bueno, ya que una aceituna de calidad debe sufrir 'sed', para que se generen los polifenoles , conservantes naturales que aportan amargor y picante, tan característicos en el sabor del aceite del Mediterráneo.Pero no solo influye en su sabor, si no que los polifenoles también son los encargados de aportar «beneficios antioxidantes y antiinflamatorios» junto con el ácido oléico. Sumado a los problemas de la sequía, generados por el cambio climático, el 'Financial Times' apunta a otro inconveniente notable para el mercado del aceite de oliva, indicando que los agricultores se «enfrentan una amenaza de una fuente nueva y en rápida expansión: una ola de megagranjas rivales ». Esto supone la aparición cada vez más acelerada de las «explotaciones superintensivas» que pretenden «sacar provecho de los precios del aceite de oliva, que se mantienen cerca de los máximos históricos alcanzados a principios de este año», expone el citado medio. El 'modus operandi' de estos negocios se basa en colocar hileras de árboles muy juntas en terrenos llanos cerca de ríos o embalses, lo cual facilita el riego y la cosecha mecánica, suponiendo menor coste, mayor productividad y ganancia en comparación con los olivos de montaña que suelen trabajar los agricultores tradicionales que solían afrontar este sector en España. Según el diario británico, la explotación olivarera superintensiva ha aumentado mucho en los últimos 20 años : «Ha pasado de no existir a representar el 7% de la superficie olivarera de España y el 11% de la producción, según cifras del sector. También se está extendiendo hacia el norte, más allá de Andalucía, y está atrayendo capital de grandes grupos oleícolas». Este crecimiento, además, se ve sustentado por los futuros problemas de sequía, ya que las 'megagranjas' han funcionado mejor que las plantaciones tradicionales cuando el agua ha escaseado, siendo más productivas y rentables. Otro factor que presenta el futuro de la industria de la aceituna como una «batalla comercial» es que los ejecutivos del sector buscan cada vez más nuevos consumidores fuera de España e Italia, siendo estos Estados Unidos y norte de Europa, donde no solía ser habitual cocinar con aceite de oliva. La mano de obra también juega un papel importante en esta competencia. Mientras que los olivareros tradicionales españoles tienen una media de 80 a 120 árboles por hectárea, las mega explotaciones tienen entre 800 y 2.000 árboles más pequeños. Las explotaciones tradicionales producen de media entre 500 y 850 kg de aceite de oliva por hectárea, frente a los 1.200 kg de las explotaciones de regadío de mayor tamaño», recoge el 'Financial Times' que alude a cifras del sector. El modo de recoger el fruto también tiene consecuencias, pues los costes de producción para un agricultur tradicional son de 3,80 euros por kilo de aceite de oliva y en una supergranja estos se reducen a la mitad. La producción intesiva cuenta con otra ventaja a su favor: la rapidez. Sus modos de producción hacen que «se puede seleccionar el momento exacto para la recolección», explica Rioboo Cabello de Alba, agricultor de Córdoba. Esto es de vital importancia para el aceite virgen extra , que tiene que proceder de la primera cosecha del año y se puede estropear si se queda mucho tiempo en el árbol, así, un agricultor de montaña «no puede recoger todo en el momendo óptimo de maduración», añade el trabajador de la aceituna al periódico británico. Estas y otras variables hacen que, en el futuro, el aceite de oliva de buena calidad en España pueda seguir encareciéndose y relegando a los agricultores tradicionales y cada vez más dificultades para mantener a flote sus negocios de aceituna en nuestro país y presentando el producto como algo 'exclusivo' en comparación con el que ofrezcan las mega explotaciones.