Francia cierra cuatro estaciones de esquí mientras Aragón destina 140 millones de dinero público a sus centros invernales
Las instalaciones del país vecino no abrirán sus puertas por falta de nieve y de ingresos económicos, lo que contrasta con la situación en la comunidad autónoma
La factura de la telecabina entre Astún y Candanchú se dispara: suma 10 millones más y llegará a 45, el doble de lo previsto
El sector de la nieve ofrece paradojas como el hecho de que, este invierno, cuatro estaciones francesas echen el cierre por falta de rentabilidad mientras que, en Aragón, el Ejecutivo gobiernado por el PP lidere inversiones públicas por 140 millones de euros en sus instalaciones, en algunos casos con fondos europeos ligados al turismo sostenible.
Las cuatro estaciones francesas que han anunciado que no abrirán sus puertas se sitúan todas en los Alpes, pero varían en tamaño. Tal y como ha recopilado el portal Nevasport, se trata de los centros de Le Tanet, Grand Puy, Notre-Dame-du-Pré y Alpe du Grand Serre.
Situada en Isère, esta última es con diferencia la de mayor tamaño. Abierta desde 1938, se ubica a casi 1.400 metros de altutud y tiene unos 50 kilómetros esquiables, pese a lo cual se ha visto afectada en los últimos años por la falta de nieve. Estaba en manos de los municipios de Matheysine desde hacía nueve años, pero el pasado 4 de octubre esta comunidad entidades locales anunciaron que dejaban de de seguir aportando económicamente fondos a la instalación, tradicionalmente deficitaria.
Hace poco trascendió igualmente que la estación de Notre-Dame-du-Pré, en Savoya, cerraba sus puertas debido a los problemas económicos derivados de la falta de nieve. En este caso ha sido asimismo el consejo municipal el que ha tomado la decisión de no abrir un centro de menor tamaño, ya que tiene tres remontos.
Situada en el valle de Münster, la estación de Tanet esperaba un comprador que no ha llegado, por lo que tampoco volverá a abrir. Así lo anunció la comunidad de vecinos ante la falta de ofertas. Se trata de una instalación con siete pistas y cuatro remontes que no ha escapado a la evolución climática en la zona.
La presidenta de Tanet anunció en el kportal France Bleu que se centrarán ahora en actividades “como el senderismo con raquetas de nieve, los paseos en trineo o incluso el esquí de travesía”, pero sin seguir sosteniendo públicamente la infraestructura.
Finalmente, también Grand Puy, en Seyne-les-Alpes, echará el candado, tal y como decidieron recientemente los propios vecinos en una votación. La estación se había convertido en un pozo sin fondo de dinero público, y eso que hubo fuertes inversiones en remontes y nieve artificial hace menos de una década. Se ofreció a los munícipes votar su continuidad y el resultado fue concluyente: siete de cada diez de ellos dijeron 'no' a la continuidad del centro invernal.
140 millones de euros de inversión pública en Aragón
Esta proliferación de cierres en Francia contrasta con lo que sucede en Aragón, donde el Gobierno regional lidera tres grandes inversiones en las estaciones de esquí para hacer viables los centros, pese a la falta de rentabilidad económica y a los problemas con la nieve derivados del cambio climático.
El desembolso más fuerte irá destinado a la innovación artificial y suma 78 millones de euros más IVA, la mayor parte provenientes de las arcas autonómicas (61,2 millones), más una pequeña parte que acometerán los propios centros invernales (14,2) y otra que se sufragará con el Fondo de Inversiones de Teruel (12,9).
Ya se está ejecutando esta inversión, de carácter bianual y que servirá para sustituir cañones de nieve antiguos y para instalar nuevos en todos los centros invernales. El grupo Aramón -participado al 50% por el Gobierno de Aragón e Ibercaja-, que gestiona las estaciones de Formigal, Cerler y Panticosa, ha sido el primero en beneficiarse de este plan.
Junto a esto, las administraciones públicas en Aragón están impulsando con fondos europeos del programa Next Generation sendas telecabinas que suman un desembolso de más de 60 millones de euros.
El coste de la más ambiciosa, la que unirá las estaciones de Astún y Candanchú, se disparará al final hasta los 45 millones, frente a los apenas 20 que iba a costar en un principio.
Mientras, la telecabina entre Cerler y la localidad de Benasque ha sido licitada ya por 16,3 millones y está a la espera de adjudicación.
Ambas actuaciones tienen enfrente la oposición de varias organizaciones sociales, algo que agrava el hecho de que los fondos públicos que se destina a las telecabinas deben estar vinculados al turismo sostenible. La semana pasada, la plataforma Defensa de las Montañas viajó precisamente a Bruselas para reunirse con eurodiputados e informarles de estos proyectos, al considerar que no respetan los protocolos establecidos en el programa Next Generation.
Y eso que sigue en el aire el polémico proyecto para unir las estaciones del valle del Aragón con Formigal, en el valle de Tena, con un telecabina que atravesaría la Canal Roya. El anterior Ejecutivo dejó en suspenso la iniciativa, pero el actual Gobierno -en coalición con Vox al principio, ahora con el PP en solitario- ha trasladado en varias ocasiones que lleva idea de impulsarla.