Un 'Vaticano' musulmán se instala en Albania
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La orden Bektashi es una cofradía sufí, que proviene originalmente de Turquía y cuyos miembros son seguidores de Haci Bektas-i Veli, un místico iraní. Sus fieles sostienen que el Corán tiene dos niveles de significado: uno externo zahir y otro interno batin y que este último es superior y eter no, que explica tanto del universo como la sociedad. Obedecen a un guía espiritual denominado 'dedebaba' (bisabuelo) y la doctrina de «las cuatro puertas que deben atravesarse»: la sharía (ley religiosa), 'tariqah' (el camino espiritual), 'marifa' (conocimiento verdadero) y 'haqiqah' (verdad). Sus miembros suponen actualmente el 20% de la población de Turquía y la orden está muy extendida también en Siria, Bulgaria y Kosovo. Hasta ahora tenían su principal base en la provincia turca de Nevsehir, donde está enterrado su fundador, Ali Ibn Abi, considerado por la orden sucesor legítimo de Mahoma, pero en adelante gozarán en Albania de un microestado soberano de nueva creación, a imagen y semejanza del Vaticano. En un movimiento histórico, el Gobierno de Albania otorgará soberanía nacional a esta comunidad islámica, según anunció durante su discurso en Naciones Unidas el primer ministro albanés, Edi Rama. La ciudadanía en el pequeño Estado planeado de diez hectáreas se limitará a los miembros del clero y de la administración estatal. Su gobierno estará formado por los jefes de la orden y un consejo también supervisará la funcionalidad religiosa y administrativa. Rama asegura estar inspirándose en las enseñanzas de la madre Teresa. «Fue ella quien nos dijo que no todos nosotros podemos hacer cosas grandes, pero todos podemos hacer las pequeñas cosas con gran amor... Esto es lo que nos inspira para apoyar la transformación de la Orden Mundial Bektashi en un Estado soberano en nuestra capital, Tirana, como un nuevo centro de moderación, tolerancia y coexistencia pacífica». «Nos permitirá proteger y avanzar en nuestra misión espiritual de promover la paz, la tolerancia y el amor por la humanidad a escala global. La creación del Estado soberano de la orden Bektashi nos dará la autonomía para continuar nuestro trabajo sin interferencias, lo que nos permitirá gobernar nuestros asuntos religiosos y administrativos de manera muy similar al Vaticano. Este nuevo capítulo para la comunidad Bektashi garantiza que nuestra voz, que durante mucho tiempo ha defendido la moderación y el diálogo interreligioso, resonará con más fuerza en todo el mundo», declaró Hajji Dede Edmond Brahimaj, también conocido como Baba Mondi, el Padre Principal de la Orden Bektashi, a la publicación 'Shqiptarja'. Sobre la opción a la ciudadanía de creyentes de todo el mundo, afirmó que «aunque la ciudadanía general no se extenderá a todos los seguidores, la soberanía proporcionará una base segura para que la comunidad bektashi de todo el mundo continúe con sus prácticas religiosas sin interferencias: servirá como un hogar espiritual para los seguidores de Bektashi en todo el mundo, ofreciéndoles un lugar de refugio y representación, incluso si no son ciudadanos formales». Alrededor de la mitad de los 2,7 millones de habitantes de Albania, son musulmanes, pero los Bektashi son sólo la cuarta comunidad religiosa más grande del país, después de los musulmanes suníes, los cristianos ortodoxos y los católicos. Según la estimación del censo albanés de 2023, representan solamente el 10% de la población musulmana del país. Algunos de los líderes más importantes de los Bektashi se establecieron en Albania después de que el padre fundador de la Turquía moderna, Mustafa Kemal Ataturk, los prohibiera en Turquía. La Orden Bektashi de Tirana ha elogiado la decisión del Gobierno albanés y ha subrayado que «la soberanía de la Orden Bektashi es un paso importante hacia el fortalecimiento de los valores de inclusión, armonía religiosa y diálogo en un mundo cada vez más dividido». «Los albaneses suelen calificar el bektashismo como la verdadera religión, un puente entre cristianos y musulmanes», explica Edlira Osmani, de la Universidad Karl Franzens de Graz, en Austria, autora de 'Dios en el país de las águilas', que en su estudio destaca la fuerte relación entre el bektashismo y el cuerpo militar de los jenízaros, la elite del ejército otomano, en su mayoría cristianos convertidos al islam, suprimido al mismo tiempo que la orden en 1826, por representar un semillero de oposición conservadora a los programas reformistas del sultán Mahmut II. En la década de 1930 abrazaron la causa nacionalista y a partir de 1947, durante el régimen comunista, fue prohibida su actividad. Desde la caída del Muro de Berlín, recuperaron sus prácticas y cada año celebran con musulmanes suníes y cristianos encuentros por la prosperidad en el monte Tomorri.