Milei-Macri: un matrimonio por conveniencia
El apoyo al veto presidencial por el aumento al financiamiento de los fondos universitarios dejó al ex Presidente frente a una encrucijada: mostrarse como una pieza clave y necesaria para que el oficialismo pueda lograr sus objetivos pero al mismo tiempo correr el riesgo de convertirse en ser a los libertarios lo que los radicales fueron a su propio Gobierno.
En el PRO la postura pública de Macri del último domingo en sus redes sociales, que adelantaba el voto de su bloque en las últimas horas cayó como una bomba. Nadie sabía que iba a inclinar la balanza para el lado del Gobierno de forma tan tajante en un debate tan sensible como el de los gastos en Educación.
Hasta ahí, el núcleo duro del PRO consideraba que el veto del Presidente a la Ley de Financiamiento Universitario era un problema. Estaban convencidos de que la decisión había sido producto de la impericia y que no hacia falta tanto.
De hecho, la reunión que tres días antes del posteo mantuvieron el asesor estrella del Gobierno Nacional, Santiago Caputo y Mauricio Macri había dejado claro el tema. No hubo ni la más mínima intención de caretearla. Cerca del ex presidente aseguran que el joven Caputo "se pasó una cuadra de piola" durante la mayor parte del encuentro a lo que el ex Presidente le dijo "no cancherees tanto que vas a terminar teniendo que rendir cuentas".
Lejos de achicarse, el asesor estrella contestó "el que tiene más probabilidad de visitar Comodro Py sos vos y no yo, yo no soy ni fui funcionario". Macri le explicó que el PRO seguía con la idea de respaldar al Gobierno en lo que considerara correcto, que como siempre expresó él mismo está a favor del déficit 0, pero le advirtió que dentro de su espacio hay muchos que no tenían planeado transar con recortes ni en salud ni en educación, ni en seguridad.
Lo habían hecho con los jubilados y algunos habían salido heridos. Le contó también que creía que esto era solo un discurso que rendía con el votante de Milei, porque en materia de números solo representaba el 0,06% del Producto Bruto Interno, porque el otro 0,08% ya estaba incluido en el Presupuesto 2025.
De modo que ni siquiera representaba una diferencia del 0,14% tal como dice la ley. Le advirtió que poner la bandera en contra de las Universidades Públicas podía complicarse a futuro y que el PRO se sentía en una situación incómoda con el tema.
Pasaron solo tres días y en los grupos de whatsapp de los dirigentes del PRO el tweet de Mauricio Macri corría como reguero de pólvora: "Alguien sabía de esto?" se preguntaban. Como en un chat de mamis de colegio, la respuesta se repetía: "yo no", "yo no", "yo tampoco", "yo no".
Macri había dicho en X "Acá no se está discutiendo la autonomía universitaria. Tampoco se está cuestionando el acceso a la universidad ni su funcionamiento. Lo que realmente está en disputa es "la suya": la parte del presupuesto que se desvía hacia la política..., y hacia el final continuaba: La defensa de la Unviersidad pública, su acceso libre, gratuito y democrático, requiere poner fin al uso político de los recursos universitarios.
¿Y entonces? ¿En qué habían quedado? ¿Qué había que hacer? ¿Votar en contra de mayor financiamiento a la Educación Pública? ¿Eso a cambio solo de la inclusión de Martín Ritondo en la Mesa chica de Milei? Es demasiado poco, aseguran en el PRO: "Mauricio se bajó los pantalones por muy poco, era nuestra posibilidad de mostrar que no somos tan iguales, que estamos a favor de los recortes que nos conduzcan a ser un país normal, pero ya nos metimos con los jubilados, ¿ahora con la educación?, ¿a cambio de qué? No tiene sentido, hasta ahora no logró meter a nadie, hablan de Sturzzeneger y de Luis Caputo, pero hoy por hoy ellos son propios. Vos no podes convencer a alguien que no te quiere de que te quiera. Karina a Macri no lo quiere?", aseguró alguien que camina muy cerquita del ex Presidente, y continuó "Javier y Mauricio comen, charlan, lo pasan bien, Macri sale de estar con él y dice "creo que me estoy llevando bien con la gente rota", y después, nada, la nada misma. Es tóxico", sentenció.
La situación terminó con el bloque casi en pleno votando con Milei por orden de Macri y solo con dos abstenciones. Algunos legisladores terminaron levantando la mano en contra de lo que había sido su voto original.
El riesgo de terminar ocupando el lugar que Macri le dio a los radicales durante su gestión como Presidente empieza a preocupar a los integrantes de su espacio político. Hay quienes se preguntan todavía como es posible que en el marco de ese acuerdo Macri salga a apoyar por redes al Presidente, y este al mismo tiempo sin estar enterado de ese apoyo, salga por los medios tradicionales a tirarle encima un camión con acoplado. Nunca visto.
El oficialismo consiguió mostrar un pragmatismo impensado un tiempo atrás. En una fina negociación logró que le sobraran inclusive los votos que horas antes no parecían alcanzar los mínimos necesarios. Fue el segundo veto que consiguió Milei en un Congreso en el que el Presidente tiene pocos propios ya que tampoco tiene gobernadores.
Y sin embargo, ahí va. Con una sola ley, pero de una complejidad por la cantidad de temas y reglamentaciones que otros gobiernos no lograron en cuatro a;os de mandato. Con decretos que si no son frenados en la Justicia, le dan tiempo para lograr respaldo en los supuestos aliados.
La pregunta es si será esta su forma elegida para Gobernar frente a la frustración que genera un rechazo a sus ideas. El decreto y el veto. En forma habitual y no excepcional como indica la Constitución. En la Rosada no hay margen para correrse del camino elegido.
La tensión por el financiamiento a la Educación Pública, pone también al Gobierno frente al riesgo de generar con un tema de aceptación social, como es el reclamo de los universitarios por mantener viable lo público en materia educativa una especie de paraguas donde se escondan por debajo otros reclamos que no tienen el mismo grado de aceptación en la sociedad.
El Gobierno quedó encerrado en un discurso que hoy se ve obligado a defender sí o sí. No al déficit. Y la única forma es recortando. Tendrá que sopesar ahora si fue más la ganancia por sostenerlo esta semana o la discusión de un tema que no está resuelto y que solo implicaba un 0,06% del PBI.
Por su parte Macri tendrá que definir con el disfraz de quien quiere jugar: si con el de la cabeza del león, o el de la cola del ratón.