El Nobel a Han Kang y el síndrome del 'Juego del calamar'
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La literatura coreana crece de manera exponencial. Empujada por el interés que suscita la industria cinematográfica y musical de ese país, se han publicado en los últimos años cerca de 150 títulos traducidos a más de 27 idiomas en todo el mundo. Estos datos proporcionados por el Instituto de Traducción Literaria de Corea ponen de manifiesto una política de divulgación y promoción. Un lobby duro y persistente. Y el premio Nobel de Literatura a Han Kang lo demuestra. Es, en parte, fruto de su política expansiva de alianzas con distintas instituciones, universidades, editoriales o eventos como la Feria del Libro de Buenos Aires o la Bogotá, así como el Festival Internacional de Escritores de Seúl, que año tras año propicia el intercambio y la traducción. Capitalismo cultural A diferencia de los años sesenta y setenta, cuando la división de la península tras la guerra dejó a Corea del Sur apartada y empobrecida, hoy es una democracia sólida y una de las veinte economías más importantes del mundo, en buena medida regada con capital estadounidense. Su poderío se sostiene en una potentísima industria e infraestructura tecnológica. Parte de ese resurgimiento se proyecta ahora en el relato que su cultura hace al respecto. Lo que ya ha ocurrido con el fenómeno del K-Pop o con 'El juego del calamar' en lo que a la producción audiovisual respecta, quieren conseguirlo en la literatura por la vía de la traducción. Para los editores surcoreanos Han Kang y su libro 'La vegetariana' (ganadora del Man Booker International y ahora recién premiada con el Nobel) puede equipararse en literatura con lo que en su momento el 'Gangnam Style' en la cultura de masas. Y así lo ha sentenciado Estocolmo con su bendición. Traducción, un antes y un después Al momento de hablar de literatura coreana, además de los géneros literarios que la integran como el realismo, la ciencia ficción o el romance, hay que incluir como una de sus bases la novela gráfica y los webtoons (cómics en línea). Tanto en Corea como en España, uno de los casos más representativos es 'Pachinko'. La novela de Lee Min-Jin inspiró una serie que causó furor entre coreanos y extranjeros. El impacto de esta literatura se afianza a partir del reconocimiento internacional de sus autores. La visibilidad ha sido progresiva. Han Kang recibió el Booker Prize en 2016 con su novela 'La vegetariana', y más tarde, en 2022, 'Cursed Bunny', de Chung Bo-ra y 'Love in the Big city', de Park Sang-young, figuraron en la lista de nominados en la categoría de literatura internacional de ese premio. Keum Suk Gendry-Kim recibió el Muriel Award por su libro 'Hierba', y tan solo dos años después de su primera nominación, 'La espera' fue incluida entre las obras candidatas a obtener el Premio Harvey como mejor publicación extranjera. La traducción, y la política de apoyo a la misma, ha marcado un antes y un después. Apenas lo separan 70 kilómetros del comunismo más jurásico y en el que las generaciones más recientes apenas conocen su historia, ellos ven más futuro que pasado. En los años más amargos de la vida política de su país, según el director del Instituto de Traducción de Literatura Surcorean Kwak Hyo Hwan, la sociedad coreana hizo suya aquella frase según la cual, cuanto más oscura la noche, más cercana la llegada del amanecer. Hoy, convertidas en una de las naciones con una de las infraestructuras tecnológicas más avanzadas del mundo y entre las veinte economías con mayor solidez a escala global, los surcoreanos entienden que buena parte de su resurgimiento reside en el relato. Lobby Surcoreano Corea del Sur es una sociedad vertebrada por los avances tecnológicos y esa circunstancia ha marcado una narrativa que describe los problemas a los que se enfrenta una sociedad desarrollada que aún concilia una democracia aún joven con una traumática experiencia de guerra. Año tras año, autores de Europa, Estados Unidos, América Latina, Japón y África son invitados por el gobierno surcoreano, por el hecho de haber sido traducidos en su idioma y para propiciar el intercambio con otros poetas, novelistas, traductores, intérpretes y periodistas —muchos de ellos formados en Estados Unidos y Europa, y que han regresado a Corea del Sur para hacer de ella un epicentro cultural— aportan unas coordenadas sobre la política cultural proyectada con éxito en áreas como el cine, cuyo ejemplo más elocuente está en el fenómeno 'Parásitos', película del 2019 dirigida por Bong Joon-ho fue ganadora de cuatro premios Oscar, incluido el Oscar a la mejor película, y también la primera en ganar de manera simultánea en la categoría internacional.