De la Cuarta a la Sexta Cruzada: de no pisar Jerusalén a tomarla sin oposición
El papa Inocencio III hizo un llamamiento a una Cuarta Cruzada a la que se sumaron miles de caballeros, que se fueron reuniendo en las afueras de Venecia en la primavera de 1202 para embarcar hacia Palestina. Pero el dux de Venecia, Enrico Dandolo, convenció al jefe de los cruzados, Bonifacio de Montferrato, de unir sus fuerzas para ayudar a Alejo IV a derrocar a Alejo III del trono bizantino, razón por la que cambiaron el destino de la Cruzada y la dirigieron hacia Constantinopla, adonde llegaron en 1203.]]>