Rasputín - Muy Historia 176 - Octubre 2024
La historia de Grigori Rasputín y su relación con la familia imperial rusa es un relato fascinante y siniestro que ilustra cómo la influencia de un solo individuo puede tener consecuencias para una nación entera. Procedente de la Siberia occidental, llegó a la corte en 1905 y fue presentado a la zarina Alejandra Fiódorovna como un hombre santo capaz de curar a su hijo, el zarévich Alekséi, que padecía hemofilia. La aparente capacidad de Rasputín para aliviar los sufrimientos del joven heredero le granjeó la confianza y la gratitud de la zarina, y a través de ella, el acceso al zar Nicolás II. Ella, convencida de su santidad, le consultaba todas las decisiones importantes, desde asuntos personales hasta nombramientos políticos. El zar, aunque más escéptico, se veía influenciado por la opinión de su esposa y, por tanto, indirectamente por él. Rasputín, carente de cualquier formación o experiencia política, recomendaba ministros incompetentes y corruptos e influía en el despedido de consejeros competentes, lo que contribuyó a la desestabilización del gobierno y al descontento popular. Durante la Primera Guerra Mundial, aconsejó al zar que asumiera el mando directo del ejército, a pesar de su falta de experiencia militar, algo que resultó catastrófico y debilitó aún más la posición de Rusia en el conflicto. Un grupo de nobles, liderados por el príncipe Félix Yusúpov, decidió eliminarlo. En diciembre de 1916, Rasputín fue invitado a una cena en el palacio de Yusúpov, donde fue envenenado, disparado varias veces y finalmente arrojado al río Neva. Su historia está entremezclada con la leyenda y la superstición. En este número repasamos solo los hechos. Disfruta de la lectura.]]>