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Se confirma la autoría de Picasso en un cuadro "horrible" que un chatarrero encontró en un sótano

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El arte, como los colores, lo hay para todos los gustos. Si no, díganselo a la mujer de Luigi Lo Rosso cuando su esposo apareció por casa con un cuadro "horrible", como lo calificó ella en el mismo instante en el que le mostraron el busto de una señora "deforme". El buen hombre, chatarrero de profesión, había estado limpiando un sótano Capri cuando se topó con el dibujo. Aquello, más que importante, le pareció curioso, por lo que no dudó en enrollar el lienzo y llevárselo a su casa, en Pompeya. "Pa' la saca".

El episodio es de 1962 y durante décadas el cuadro permaneció colgado en la pared de la sala de estar de esta familia. "Qué feo", repetía la mujer cada vez que reparaba en la misteriosa señora a la que habían puesto un marco cualquiera.

Lo que no sabía la pareja es que la obra no era el simple capricho de un chatarrero, que puede que también lo fuera ("¿mi mujer lo odia? Pues aquí se queda por tocar un poco las narices"); sino un retrato original de Pablo Picasso, como han terminado afirmando los expertos italianos.

El retrato, cuyos dueños ya miran de otra manera, como el que comparte sala con la musa del pintor malagueño, Dora Maar, tampoco necesitaba de grandes estudios para ser identificado o, al menos, para sospechar su autoría, pues la firma del artista aparece bien clarita en la esquina superior izquierda. Visto así, no era muy complicado... si se sabe de la existencia de dicha figura. Sin embargo, a Lo Rosso aquello le sonaba a chino (o a Citroën).

Realmente fue Andrea, el hijo, el que levantó la liebre tras estudiar una enciclopedia de Historia del Arte que le había regalado su tía. Ahí comenzaron las sospechas sobre si aquello que un día su padre trajo del sótano de una casa podía merecer la pena más allá de engalanar su humilde morada.

Así, la familia terminó pidiendo el asesoramiento de un equipo de expertos, entre los que se encontraba un conocido detective de arte, Maurizio Seracini. Tras años de investigaciones, Cinzia Altieri, grafóloga y miembro del comité científico de la Fundación Arcadia, que se ocupa de las valoraciones, restauraciones y atribuciones de obras de arte, confirmó que la firma del cuadro, valorado hoy en 6 millones de euros, era de Picasso.

"Después de realizar todos los demás exámenes del cuadro, me encargaron estudiar la firma", dijo Altieri al "Guardian". "Trabajé en ella durante meses, comparándola con algunas de sus obras originales. No hay duda de que la firma es suya. No había ninguna prueba que sugiriera que fuera falsa".

Picasso era un visitante habitual de la isla de Capri, Italia, y se cree que la pintura, sorprendentemente similar a 'Buste de femme (Dora Maar)', de Picasso, fue producida entre 1930 y 1936.

Luca Marcante, presidente de la Fundación Arcadia, cree que puede haber dos versiones de la obra, "ambas podrían ser originales", declaró al periódico "Il Giorno". "Probablemente sean dos retratos, no exactamente iguales, del mismo tema pintados por Picasso en dos momentos diferentes. Una cosa es segura: el que se encontró en Capri es auténtico".

Marcante asegura que presentará las pruebas ante la Fundación Picasso porque tiene "curiosidad por saber qué dicen", como dijo Lo Rosso Junior. "Éramos una familia normal y el objetivo siempre ha sido establecer la verdad. No nos interesa ganar dinero con ello".

Lo Rosso padre ya falleció, pero Andrea, que ahora tiene 60 años, continuó su búsqueda para descubrir al artista detrás de la pintura: "Mi padre era de Capri y coleccionaba trastos viejos para venderlos por casi nada. Encontró el cuadro antes de que yo naciera y no tenía ni idea de quién era Picasso. No era una persona muy culta. Cuando leía sobre las obras de Picasso en la enciclopedia, miraba el cuadro y lo comparaba con su firma. Le decía a mi padre que era similar, pero él no lo entendía. Pero a medida que fui creciendo, seguí preguntándomelo".

Andrea Lo Rosso ha explicado que hubo momentos en que la familia consideró deshacerse del cuadro: "Mi madre no quería quedárselo, decía que era horrible".

Se ha puesto en contacto varias veces con la Fundación Picasso de Málaga, pero afirma que no han mostrado ningún interés en examinar sus afirmaciones, pues las consideran falsas. La fundación tiene la última palabra sobre la autenticidad del cuadro, que ahora se encuentra guardado en Milán.