Mundial Ciclismo: Pogacar contra Remco en la madre de todas las carreras
El Mundial de ruta de este domingo se puede bautizar como la madre de todas las carreras. Al menos, de todas las de esta temporada. Las razones son muchas: la participación, el trazado, todo lo que hay en juego y el que vayan a estar muchos de los grandes vueltómanos del pelotón.
La dureza es terrible para ser un Mundial: más de 4.500 metros de desnivel y 274 kilómetros. Por ascenso, es lo que suelen tener las grandes etapas de montaña de una gran vuelta, pero con una diferencia: no hay un día siguiente, así que no es necesario pensar en nada más que en llegar el primero a la línea de meta. Así que, en ese sentido y con esa distancia, es como si fuese una clásica.
Y claro, eso lo cambia absolutamente todo. Por no hablar de la variante que implica que sea una carrera por selecciones nacionales. Eso va a hacer coincidir a ciclistas que durante la temporada son rivales y aquí son compañeros de equipo, porque son compatriotas. Un caso bastante palmario es el de Tadej Pogacar y Primoz Roglic. Obviamente, el primero de los dos es el gran favorito, pero este tipo de carreras también se adaptan muy bien a su ahora compañero de selección.
Tanto es así que ya ha habido runrún previo en los días anteriores a la carrera sobre quién es el jefe. Quitándole importancia, ambos dicen que si llegan juntos a meta se lo jugarán a “piedra, papel o tijera”. Sería curioso verlo, llegado el caso. Además, llevan un equipazo con Tratnik, Mezgec o Domen Novak para controlar o endurecer, según se tercie.
Evenepoel y Van der Poel
Pero lo realmente bueno del Mundial es que todo el mundo va con todo. Y enfrente de los eslovenos habrá también selecciones de ensueño. Remco Evenepoel, que tiene ante sí el reto de ganar los dos oros olímpicos y los dos mundiales el mismo año, lidera a una Bélgica muy potente con Campenaerts, Wellens, Stuyven, Benoot o De Plus. Una locura de equipo, aunque noten la baja de Wout Van Aert. Porque igual que su presencia, su ausencia también se nota.
No se puede olvidar, y menos aún si llueve, la figura de Mathieu Van der Poel. De hecho, Pogacar lo ha señalado a él como su máximo rival. El circuito final es duro, pero si el neerlandés logra llegar a él con los favoritos, cuidado. En Francia hay también un bloque de aúpa, pero quizá Alaphilippe ya no está para medirse con tanto galgo. O sí. Madouas puede ser una estupenda segunda baza.
¿Y España? ¿Cómo llega España? Ay, España. Sobre el papel, los nuestros no son los grandes favoritos, pero sí están en una segunda línea que perfectamente puede dar la campanada si son capaces de llevarse la carrera a su terreno. Y ese es el gran problema. Para llegar en grupos pequeños, la gran baza quizá sea Juan Ayuso. Pero antes tiene que ser capaz de superar todo lo anterior con los mejores. Otro ciclista relativamente rápido es Pello Bilbao, que además es más veterano y fondista.
Mientras, a Enric Mas, Landa o Carlos Rodríguez les conviene más una carrera dura, agónica. Ahí se manejarán mejor. Por eso se antoja imprescindible que sean capaces de ver los cortes buenos y entrar en ellos, con una actitud ofensiva. Porque tal vez la carrera se pueda jugar en una fuga de mucha calidad que lo pruebe a tres o cuatro vueltas del final.
Tom Pidcock, Mike Woods, Ben Healy, Giulio Ciccone, Daniel Felipe Martínez, Joao Almeida o un Marc Hirschi que lleva mes y medio arrasando allá donde va son otros de los principales outsiders. Desde luego, el Mundial va a ser bonito a rabiar, y al final la gloria sólo la toca uno. Y, por más que haya un favorito, también hay una máxima clara: todos los que tienen opciones de ganar se ven ya vestidos de arcoíris. Es la madre de todas las carreras, y la batalla está a punto de comenzar.