Sánchez se hunde en su propio fango
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Movió el trilero su cubilete al grito de «¡vuelve la censura!», a ver si así distraía nuestra atención de la canica llamada Begoña, pero fue en vano. En realidad ya no hay truco capaz de ocultar la acumulación de escándalos que cubren de oprobio el mandato de Pedro Sánchez ni botafumeiro tan potente como para disimular su hedor, por mucho entusiasmo que pongan en agitarlo sus devotos servidores a sueldo del contribuyente. Cuanto más se escuda el caudillo en el 'fango' que, según sus delirios paranoides, produce la terrible máquina creada por un ente malvado con el propósito de manchar su nombre, más se hunde él solito en el barro mugriento característico del sanchismo: una mezcla de corrupción, nepotismo, mentiras,... Ver Más