La macabra historia del crimen de los hermanos Menendez que conmocionó a Estados Unidos hace 35 años
La plataforma de streaming de Netflix acaba de estrenar la serie "Monsters: The Lyle and Erik Menendez Story" que dramatiza el macabro caso de los hermanos Menendez, quienes asesinaron a sus padres en 1989. Este proyecto ha despertado el interés en el que fue uno de los casos policiales más mediáticos de Estados Unidos y buscan conocer qué datos son reales y cuáles son ficción.
La verdadera historia que inspiró esta nueva temporada de la saga del Thriller, que inició con la serie de Jeffrey Dahmer, también narra uno de los crímenes más sonados de hace más de 35 años y envuelve una complicada relación familiar que terminó con la vida de dos personas y una cadena perpetua para los hermanos que podría ser eliminada, ¿por qué? Eso y todos los detalles te los revelo en este especial.
¿Cuál es la historia real del caso del crimen de los hermanos Menendez?
Lyle (21) y Erik (17) habían crecido en Princeton, Nueva Jersey, pero se mudaron junto a su familia a California en 1987, cuando su padre, José, encontró trabajo en la costa oeste y llevaban una vida llena de privilegios. Erik comenzó a estudiar la secundaria y Lyle, tras problemas de disciplina y plagio, terminó por abandonar la universidad.
El caso se dio a conocer un 20 de agosto de 1989, cuando Lyle y Erik Menendez regresaban del cine y encontraron a sus padres José Menéndez y Mary Louise 'Kitty' Menéndez muertos en su lujosa mansión de Beverly Hills (Estados Unidos). Inmediatamente los hermanos llamaron al 911 para reportar el asesinato entre gritos y llanto, que se pensó era responsabilidad de mafias.
Sin embargo, la vida de excesos y lujos que Lyle y Erik Menendez evidenciaron a menos de seis meses del homicidio de sus padres, generó una serie de cuestionamientos en la policía estadounidense y los puso en el foco de la atención, ya no como hijos de las víctimas, sino como los posibles asesinos de sus padres.
Pese a las sospechas, las autoridades no contaban con pruebas determinantes en contra de los hermanos Menendez, hasta que el psiquiatra de Erik, Jerome Oziel, al temer por su vida y seguridad, decidió exponer ante la justicia el terrible secreto que este le había confesado en terapia en un ataque de culpa y que dio un nuevo giro en la investigación.
¿Qué pasó la noche del 20 de agosto de 1989 en Estados Unidos?
Eran aproximadamente las 10.00 p. m. del 20 de agosto de 1989, cuando en el lujoso barrio de Beverly Hills los vecinos oyeron lo que pensaron eran fuegos artificiales. Pero, de acuerdo a lo narrado por el médico de Erik, en ese momento él y su hermano entraron a su mansión armados con escopetas dispuestos a acabar con la vida de sus padres.
Se reveló que Lyle y Erik dispararon más de 14 veces en contra de sus padres José y Kitty Menendez, quienes se encontraban mirando una película de James Bond en su habitación. El ataque fue brutal y directamente sobre sus rostros y extremidades, lo que los dejó casi irreconocibles; José recibió un total de cinco proyectiles, mientras que la madre recibió un total de diez balas.
Al no reportarse la balacera por los vecinos, los hermanos Menendez tuvieron tiempo para limpiarse, esconder las armas y armar su cuartada para esquivar a las autoridades de Estados Unidos. Los jóvenes decidieron seguir con sus planes de aquel día y fingir que estuvieron en un evento de Santa Mónica junto a su entrenador cuando ocurrió todo, pero como no asistieron, su versión fabricada se vino abajo.
Fue ahí cuando Lyle y Erik decidieron ir a su casa y aparentar que encontraron a sus padres muertos e inmediatamente llamaron a la policía para reportar el hecho. La policía sospechó de sus reacciones, pero pensaron que era parte del dolor por perder a su familia.
¿Qué determinó la investigación del caso de los hermanos Menendez?
La investigación tuvo una serie de errores, pues pasaron por alto las incongruencias de los hermanos Menendez cuando hicieron el reporte del asesinato de sus padres, tampoco se les realizó las pruebas de balística para encontrar residuos en su manos, lo que habría cerrado el caso con su obvia culpabilidad en ese momento.
El caso estaba estancado y no se sabía qué pasó aquella noche del 20 de agosto, pero las pruebas y declaración del médico psiquiatra Jerome Oziel fueron determinantes para cambiar el rumbo de la historia, pues determinó la culpabilidad de los jóvenes, así fue como el 8 de marzo de 1990 arrestan a Lyle y unas semanas después a Erik.
El juicio inició y el móvil que manejaron las autoridades fue económico por un supuesto cambio del testamento, aunque durante el desarrollo de este, los hermanos Menendez terminaron por revelar que desde niños han sido víctimas de abuso sexual y psicológico por parte de su padre José Menendez y que su madre estaba al tanto de estos actos.
Lograron evitar la pena de muerte gracias al trabajo y astucia de la reconocida abogada Leslie Abramson, pero no pudieron evadir el cargo por homicidio en primer grado por la que cumplen una condena de cadena perpetua, la que según las últimas informaciones podría ser revocada al encontrase nuevas pruebas del abuso que sufrieron los jóvenes.