Violento discurso presidencial
Quería un discurso acorde con el momento histórico que atraviesa el país. El discurso de un hombre visionario, conocedor de la idiosincrasia costarricense, conciliador, humilde y respetuoso del diálogo.
Esperaba un discurso esperanzador y de reconciliación, que nos hablara de su proyecto para terminar con la violencia, de cómo detener el narcotráfico, el crimen organizado y la delincuencia común.
Esperaba también un discurso de conciliación con los cartagineses, que anunciara la fecha para colocar la primera piedra del nuevo y urgente hospital, la conclusión de los pasos elevados en Taras y La Lima, o que propusiera alguna iniciativa para erradicar la contaminación de aguas con agroquímicos en el norte de la provincia, situación que tiene a cientos de cartagineses sin la opción de una vivienda digna.
Esperaba un discurso que abordara su proyecto para el mejoramiento de la educación, la generación de fuentes de trabajo y oportunidades de inversión. Sobre cómo disminuir las listas de espera en la seguridad social y la pobreza, cómo dar vivienda a quienes la necesitan y cómo llevar agua a tantas comunidades ignoradas u olvidadas.
Sin embargo, lo que escuché fue un discurso bochornoso, cargado de odio y resentimiento contra instituciones, diputados, rectores, magistrados, medios de comunicación y de rechazo a cualquier ciudadano que piense y opine diferente. Un discurso ofensivo y discriminatorio que hiere en lo más profundo la dignidad del costarricense.
El discurso presidencial del 14 de setiembre en la Plaza Mayor de “La muy noble y leal ciudad de Cartago” deberá quedar en el olvido: un monumento a la mala fe y al revanchismo político, donde lo único que brilló fue un héroe con medallas de oro en el pecho, que con una tea en su mano nos hizo recordar a un Juan Santamaría moderno, que representa todo lo mejor de nuestra herencia cultural: humildad, trabajo, honradez y, sobre todo, respeto.
Gracias, Sherman Guity Guity, por representar lo mejor de esta tierra querida y bendita.
El autor es médico.