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Сентябрь
2024

Un Trudeau políticamente «radiactivo» pierde otro bastión en Montreal a manos de los soberanistas del Bloque Quebequés

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Justin Trudeau no levanta cabeza. El Partido Liberal del primer ministro canadiense perdió ayer las elecciones parciales en Montreal y Winnipeg. Dos nuevas derrotas en las urnas que se suman a la encajada hace apenas tres meses en su antiguo bastión electoral de Toronto-St. Paul. Según el recuento publicado este martes, la formación de Trudeau no consiguió revalidar el escaño en la Cámara de los Comunes por la circunscripción de LaSalle–Émard–Verdun, en Montreal, y tampoco pudo arrebatar a los nuevos demócratas la plaza de Elmwood–Transcona, en Winnipeg.

Hay muchas lecturas de los resultados, pero todos los analistas coinciden en subrayar la debilidad del primer ministro, que arrastra unos índices de impopularidad récord. La aprobación de su liderazgo por parte del electorado canadiense ha alcanzado un nuevo mínimo del 33%, según el último sondeo de Ipsos.

Cada vez son más los liberales que le aconsejan dar un paso al lado, aunque solo un diputado en activo, Wayne Long, lo ha hecho públicamente. «Los votantes han hablado alto y claro y quieren un cambio», escribió por correo a sus compañeros de filas a finales de junio, después de conocer la derrota en el distrito de Toronto-St. Paul.

La candidata liberal Laura Palestini defendía el escaño de su compañero David Lametti por la circunscripción de LaSalle–Émard–Verdun, pero perdió por menos de un punto porcentual frente al aspirante del soberanista Bloque Quebequés, Louis-Philippe Sauvé. Era la tercera vez desde 1984 que los liberales salían derrotados de esta circunscripción. Y la diferencia fue mínima: 248 votos.

En Elmwood–Transcona, los liberales quedaron en tercer lugar, por detrás de los conservadores. El Nuevo Partido Democrático (NPD) de Jagmeet Singh cogió algo de oxígeno después de que su candidata, Leila Dance, mantuviera la plaza y justificara la decisión adoptada hace apenas dos semanas por la cúpula del partido progresista: retirarse del acuerdo «de suministro y confianza» con el que permitían a los de Trudeau gobernar en minoría y votar a su favor en sede parlamentaria a cambio de sacar adelante varias de sus medidas estrella.

La ruptura del pacto no aboca directamente a elecciones a nivel federal, previstas inicialmente para octubre de 2025, pero cada derrota del Gabinete de Trudeau en las urnas o en la Cámara de los Comunes acerca peligrosamente esta posibilidad. «En mi región, es justo decir que mi gente está muy contenta de que hayamos puesto distancia entre nosotros y los liberales. El nombre de Justin Trudeau es radiactivo», confesó la pasada semana Alistair MacGregor, diputado de los nuevos demócratas.

«Son derrotas traumáticas para un partido que se considera a sí mismo el partido natural de gobierno», reconoció por su parte Scott Reid, estratega liberal y director de Feschuk.Reid, consultado por el diario canadiense The Globe and Mail. Trudeau, sin embargo, había dejado claro antes de conocer los resultados que, independientemente de lo que sucediera en estas elecciones parciales, no renunciaría a liderar el Partido Liberal.

Los malos resultados del primer ministro no refuerzan necesariamente a los conservadores. El principal partido de la oposición, liderado por Pierre Poilievre, esperaba hacerse con el distrito electoral de Elmwood–Transcona, pero los nuevos demócratas resistieron. El escenario tampoco es especialmente positivo para los de Poilievre, que aventajan desde hace meses a los de Trudeau en las encuestas por una diferencia de casi 20 puntos. Pero su directora de comunicación, Ginny Roth, restó importancia al resultado cosechado en Winnipeg porque «no es un escaño que los conservadores necesiten ganar para formar gobierno».

«Estamos reflexionando sobre cómo vamos a ser capaces de aumentar la participación para que la gente pueda entender que hay una importante elección que hacer en las próximas elecciones», declaró este martes Trudeau antes de reunirse con sus ministros. «Obviamente habría sido más bonito poder ganar y mantener LaSalle–Émard–Verdun, pero hay más trabajo que hacer y vamos a hacerlo y vamos a seguir centrados en hacerlo», añadió. La presión interna –y externa– sobre el primer ministro para que se aparte del liderazgo del partido no amainará.