España, en serio peligro de quedar fuera de la carrera de los biocombustibles para aviación
España tiene los recursos necesarios para convertirse en líder europeo en la producción de biocombustibles para aviación (SAF). Sin embargo, igual que tiene las condiciones para convertirse en un campeón en esta nueva industria, corre el riesgo real de perder la carrera frente a otros competidores dado que muchos países se están moviendo ya y van por delante. "España no se puede quedar atrás. Hay otros países que están haciendo los deberes", ha advertido hoy Ismael Aznar, socio de Medio Ambiente y Clima de PwC durante la presentación del informe "Cómo hacer de España el líder europeo del SAF", que, a petición de Cepsa, Iberia, Iberia Express Vueling y Biocirc, analiza la situación de la industria del SAF en España.
Aunque la directiva de la Comisión Europea "Refuel Aviation" obliga a que las aerolíneas empleen un 2% de SAF en sus aviones en 2025 y un 6% en 2030, para escalar hasta el 70% en 2050, la realidad que refleja el informe es que España va rezagada con respecto a otros competidores en la carrera por poner en pie esta nueva industria. Como ha explicado Marco Sansavini, presidente de Iberia, "la industria [del SAF] no existe, pero la carrera ya ha empezado. Estados Unidos ya ha avanzado mucho poniendo estímulos para su producción y su consumo. Y hay otros países del norte de Europa que también se han movido en esa dirección". La pregunta, según el directivo, "no es si vamos a usar el SAF, es si vamos a poder comprarlo aquí. IAG ha invertido casi 1.000 millones en compra para cubrir sus necesidades de SAF hasta 2030 y para estimular su producción. Pero casi nada se ha gastado en España. Y nos encantaría invertir aquí", ha dicho Sansavini.
Carolina Martinoli, consejera delegada de Vueling, en línea con lo que recoge el documento, cree de hecho que España "se está quedando" atrás en la carrera por el SAF frente a otros competidores porque no se ha puesto el foco en una tecnología que, según ha defendido, es la única viable para descarbonizar la aviación. En cualquier caso, la directiva considera que "podemos recuperar el terreno si tenemos foco, intención y acción". "La industria del SAF es un maratón y sólo hemos corrido 500 metros. Tenemos todo para recuperar el liderato", le ha secundado Maarten Wetselaar, consejero delegado de Cepsa.
El primer ejecutivo de la compañía energética considera que a pesar de que España cuenta con los recursos para levantar esta industria, es necesario impulsar una estrategia nacional, un proyecto de país para impulsarla. España, ha dicho, tiene fortalezas que son básicas para crear la industria del SAF, como unas renovables muy competitivas, un hidrógeno verde también muy competitivo, mano de obra cualificada y disponible y una historia de crear industrias bastante exitosa. Todo ello, ha dicho, la ofrece una "oportunidad para reindustrializar el país" y dejar de depender del sector servicios.
Inversión
El informe detalla que esa estrategia nacional para levantar la industria del SAF debe haber hincapié en la inversión, un marco regulatorio que dé estabilidad y certidumbre jurídica a los agentes, la coordinación de acuerdos entre los agentes de la cadena de valor y poder acceder a la materia prima. Respecto a la inversión, principal escollo para desarrollar la industria del SAF, y que el análisis cifra en algo más de 22.000 millones de euros, tanto los directivos de Iberia y Vueling como el de Cepsa han asegurado que es necesario apoyo público en forma de subvenciones para producir SAF como ya están haciendo otros países como Estados Unidos, Alemania, Francia o Países Bajos. Como ha explicado Aznar, el SAF comporta más coste que el queroseno (hasta 5.045 millones de euros de sobrecoste en 2040). Y es necesario mitigarlos para que no lo soporten las aerolíneas y, en última instancia, los usuarios, sobre todo en los primeros años, según ha advertido el socio de PwC.
Como ya hizo en otro informe anterior, el nuevo análisis de PwC pone énfasis en la oportunidad económica que supone la industria del SAF para España dado que, según sus cálculos, tiene el potencial para crear 270.000 empleos e inyectar unos 52.000 millones de euros a la economía.