El independentismo reúne a la cifra más baja de manifestantes en una Diada

La primera Diada sin el independentismo instalado en la Generalitat ha confirmado que el secesionismo civil pierde fuelle. Unas 60.000 personas, según cifras de la Guardia Urbana, han acudido esta tarde a la manifestación convocada por la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y el resto de entidades secesionistas, una marcha en la línea de los últimos años: cada vez menor poder de convocatoria y división interna. Este año, la ANC organizaba una Diada descentralizada, con manifestaciones en Barcelona, Tarragona, Gerona, Lérida y Tortosa, una dispersión de esfuerzos que, al menos, ha servido para camuflar lo que ha sido un pinchazo en toda regla. La concentración más importante ha sido la de Barcelona, que ha recorrido el trayecto entre la Estación de Francia y el Arco del Triunfo, un recorrido poco ambicioso y que demuestra que hasta la propia ANC asume que su poder de movilización es menguante, muy lejos, de los 'rallies' monstruo de los primeros años. La Guardia Urbana de Barcelona ha contado a 60.000 personas, 55.000 menos que en 2023, y la cifra más baja de la serie histórica, al mismo nivel de la concentración de 2020, en plena pandemia. En su día grande, el secesionismo apenas ha logrado llenar el paseo de Lluís Companys. En Tarragona fueron, 2.800; 3.000 Lérida y 6.800 en Gerona. Una de las principales dudas era conocer hasta que punto los dirigentes de ERC, en una pulsión que no puede calificarse de otra manera que de masoquista, iban a acudir a la convocatoria de la ANC , en la que, tal y como demostraban las palabras de su presidente Lluís Llach no iban a ser bienvenidos, consumada la traición tras su pacto con el PSC. Finalmente, sí han aparecido los exconsejeros Laura Vilagrà y Juli Fernàndez, o los dirigentes de ERC Marta Vilalta o Xavier Vendrell, que han podido participar con normalidad a excepción de algún abucheo puntual . En contraposición, y ante el perfil bajo de ERC, Junts ha sabido aprovechar esta incompatibilidad convirtiendo la marcha de la ANC en una manifestación de apoyo a sus postulados y a su líder, Carles Puigdemont. Básicamente una amonestación al pacto de ERC con el PSC. Por su parte, Llach y el resto de portavoces de las entidades convocantes del acto, han leído el manifiesto con motivo de la Diada. «Aquí no se rinde nadie», han apuntado, para defender que «la pelea permanente y las disputas electoralistas» han provocado que Salvador Illa (PSC) se haya hecho con la Generalitat. En esta línea, el manifiesto critica que los partidos independentistas «han sido incapaces de ponerse de acuerdo y de trazar una estrategia compartida para hacer efectivo el derecho a la autodeterminación». Pero hay que seguir porque en Cataluña no existe la normalidad, en su opinión, ya que el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont no puede participar en los debates del Parlament y «el Estado judicial se niega a aplicar la amnistía a centenares de independenstistas». Y han lamentado que el Govern esté en manos de «un gobierno españolista que hace pocos días se arrodillaba ante Felipe VI, el rey del 3 de octubre«, en referencia al discurso de Felipe VI tras el 1-O de 2017 y que supuso un punto de inflexión en la presión nacionalista. En este momento se han escuchado gritos de »puta España«. Frente a este desánimo, Llach ha pedido que los secesionistas demuestren que »el independentismo es fuerte, transversal, inteligente, que aquí no se rinde nadie«.