La trabajadora a la que despidieron tras denunciar una sumisión química en una fiesta de empresa en Santander: «Me han matado en vida»

El pasado mes de junio, una conocida empresa inmobiliaria celebraba su 30 aniversario con una convención nacional de Santander. Sus miles de trabajadores en toda España estaban invitados. Allí acudió una joven zaragozana acompañada de un amigo para formar parte de la gran fiesta que terminó convirtiéndose para ella en una pesadilla. Lo único que recuerda es tomar una copa y, acto seguido, despertarse en una cama del hotel completamente desnuda , con marcas de golpes en el cuerpo y dolor vaginal. Denunció ante la Policía Nacional y expuso sus sospechas de sumisión química, extremo que se confirmó con las pruebas toxicológicas: positivo en benzodiacepina y cocaína . Dos sustancias que en ningún caso ella había consumido ni de manera consciente ni de manera voluntaria. La presunta víctima fue entonces a contarle a su jefe lo ocurrido y su reacción fue desconsiderada y desde luego impropia de la situación: miró para otro lado. Unos días después, la mujer fue despedida. «Me pidió que me estuviese quietecita y mi reacción fue derrumbarme. La primera carta de despido me llegó al día siguiente echándome las culpas de las cuentas de 2022 cuando yo ni trabajaba en esa empresa. A los pocos días me mandan un burofax diciéndome que es un despido disciplinario », ha contado ella misma, con el rostro tapado y la voz distorsionada, a las cámaras del programa de Telecinco 'Vamos a ver' con motivo del inicio de la celebración del juicio esta semana en Zaragoza. Sobre la mañana posterior a la fiesta, la trabajadora despedida recordaba así cómo se sintió: «Sentí una sensación de angustia, de ansiedad y de querer morirme en ese momento. Me despido en la habitación del hotel tras un golpe en la puerta para cerrarla , escribo a mi compañero porque no sé qué hago en esa cama totalmente desnuda y con golpes». La agredida recordó quien había sido su presunto violador cuando, pasadas unas semanas de lo ocurrido, se lo encontró por la calle, momento en el que los recuerdos, antes borrosos, comenzaron a esclarecerse. Ahora, ese presunto agresor, tres trabajadores del hotel de Santander donde sucedieron los hechos, tres testigos, la presunta víctima y el amigo que la acompañó declaran desde este miércoles ante la jueza para reconstruir lo que pasó en aquella fatídica multitudinaria fiesta.