El beato Illa en la Diada
Viendo a Salvador Illa el otro día en Montserrat me entró un dejà vu tremendo. Hablaba con voz monacal, edulcorada hasta el empacho, y se refería al santuario con las mismas palabras y conceptos que Jordi Pujol en sus tiempos. Fue un retroceso a aquellos años donde el más que discutible Honorable mandaba a su antojo sin que nadie se lo discutiera. Los primeros, PSOE y PP. Seguramente a los del pesecé, y ya no digamos a la pisoe, eso les debe parecer la pacificación de la que tanto se jactan. “Tenemos un presidente tranquilo, de buenos y exquisitos modales – Pujol era en ocasiones a ...