No todo es el Congreso
De acuerdo con información del Banco de México, el tipo de cambio para solventar obligaciones en dólares de los Estados Unidos ha registrado una depreciación de 17.5% desde el 31 de mayo —el último día hábil antes de las elecciones federales de junio— al 5 de septiembre, día en que la cotización cerró por encima de los 20 pesos dólar por primera vez en casi un año.
Sin duda, la posibilidad de que la coalición gobernante (Morena, el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista de México) obtuviera una mayoría prácticamente calificada en el Congreso de la Unión y pudiera llevar a cabo cambios constitucionales ha generado presión sobre variables como el tipo de cambio.
Del 1° al 4 de septiembre, una nueva legislatura compuesta en su mayoría por diputados de la coalición gobernante aprobó, en lo general y en lo particular, la reforma al Poder Judicial propuesta por el presidente Andrés Manuel López Obrador. Al término de esta columna, dicha coalición estaba a un escaño en el Senado de obtener una mayoría calificada en el Congreso.
En un momento crucial, donde las estrategias de relocalización de la producción (comúnmente referidas como nearshoring) requieren de un marco jurídico sólido para concretarse, éste se busca modificar desde la propia Constitución. Además del impacto sobre la percepción de los inversionistas, preocupa el impacto que algunas reformas pudieran generar sobre el gasto del gobierno (principalmente sobre el déficit en las finanzas públicas).
No resulta sorpresivo que los estimados de crecimiento de instituciones públicas y privadas se hayan ajustado fuertemente a la baja en las más recientes publicaciones y encuestas debido a la expectativa de una menor inversión en nuestro país. No se descarta que los estimados se recorten todavía más.
El resultado electoral en la esfera legislativa y la posibilidad de incluso reescribir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos con una mayoría calificada en el Congreso de la Unión y la mitad más uno de los congresos estatales genera incertidumbre. Pero no todo es el Congreso. La posibilidad de aprobar reformas constitucionales se conjuntó con una serie de eventos que también contribuyeron a la depreciación de casi 18% que ha registrado el tipo de cambio desde el día de las elecciones. A continuación, se presentan algunas consideraciones relevantes:
Banxico podría bajar más su tasa
Después de la más reciente decisión de política monetaria del Banco de México (8 de agosto), donde la Junta de Gobierno redujo la tasa de interés de referencia en 25 puntos base (pb) por 3 votos a favor y 2 en contra, es probable que, al menos por esa mayoría simple, la Junta vuelva a recortar 25 pb la tasa en cada una de las tres reuniones que quedan de este año y en las ocho reuniones de 2025. El estimado en INVEX para la tasa de referencia al cierre de 2024 pasó de 10.75% a 10.00%. La correspondiente al cierre de 2025 bajó de 8.50% a 8.00%.
Elecciones en Estados Unidos
Independientemente de quien se convierta en el siguiente presidente o presidenta de los norteamericanos, el tipo de cambio del peso frente al dólar podría verse presionado por la revisión del Tratado México-Estados Unidos-Canadá (T-MEC) que se llevará a cabo hacia 2026. Si bien Donald Trump muestra una mayor inclinación hacia el proteccionismo comercial que Kamala Harris, hay que recordar que la candidata del Partido Demócrata votó en contra del T-MEC cuando fue senadora por California.
El Yen japones
Algo también inesperado que afectó el valor relativo del peso frente a otras divisas fue el incremento en la tasa de interés de referencia del Banco de Japón (BoJ) que fortaleció a la divisa japonesa y cerró posiciones de carry trade en otras monedas, principalmente de países emergentes. Si bien el principal efecto ya ocurrió, el gobernador del BoJ anunció que podrían aumentar tasas de nuevo en los siguientes meses, favoreciendo las perspectivas para el yen frente a otras monedas. Las posiciones a favor del peso en el mercado de futuros de Chicago continúan a la baja.
El cambio de las reglas del juego que se discutirá en el Congreso este mes podría afectar el panorama para las inversiones. Si bien Tesla pospuso la construcción de su planta en Nuevo León en espera del resultado electoral en Estados Unidos y, de acuerdo con información de Bloomberg, BYD podría haber puesto en pausa la construcción de su planta en México, es probable que estas empresas, así como algunas otras, consideren el factor del Congreso como un elemento de cautela.
No todo es el nuevo Congreso. Aunque sí llegó en un momento no del todo propicio.