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Сентябрь
2024

Cuarenta años de la Vuelta que Alberto Fernández perdió por seis segundos. «La tenía que haber ganado con la minga»

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Han pasado más de 40 años y 40 Vueltas desde que Alberto Fernández se quedó a seis segundos de ganar la carrera española. La diferencia más pequeña de la historia. Un suspiro que sufrió Javier Mínguez desde el coche de director del Zor, el equipo para el que corría Alberto. La Vuelta la ganó Eric Caritoux, un francés desconocido. En realidad la perdió Alberto. Y Mínguez sabe dónde.

El 24 de abril la Vuelta llegaba a la estación de esquí de Rasos de Peguera, en la provincia de Barcelona, con Pedro Delgado como líder, pero Alberto vio la oportunidad de ganar la carrera en esa etapa, la séptima, cuando quedaban todavía doce por delante.

«Aquella fue una situación particular. No había pìnganillos y cuando yo quise pasar [con el coche] no pude», recuerda Javier Mínguez. «[Alberto Fernández] se fue con Chozas por delante y en vez de dejar a Chozas que gastara todo para llevarse a Caritoux cometió el error de atacar en el momento que no era, antes de la subida final. Y cuando yo pasé, ya iba con Caritoux. Y yo le dije “habla con él, ofrécele la etapa y tú el líder”, pero se fundió los plomos antes, vinieron por detrás los colombianitos y en el último kilómetro, crack. Y perdió cincuenta y tantos segundos», añade. Alberto iba por delante con el francés, todos los rivales se habían quedado atrás y la Vuelta parecía suya.

«El mejor de la Vuelta era Alberto, pero él la pierde porque ve que todos los enemigos están muertos porque él falla en el último kilómetro. Si no gana, la Vuelta con la minga», recuerda Mínguez.

Alberto Fernández estaba cerca de cumplir los 30, aunque no llegó a cumplirlos, había sido tercero en la Vuelta y del Giro el año anterior y tenía un sólido palmarés construido a base de victorias en carreras españolas de una semana: Vuelta al País Vasco, Setmana Catalana, Vuelta a Valencia, Volta a Cataluña... Pero le faltaba una grande y la veía más cerca que nunca. Caritoux, un joven francés de 23 años, se presentaba con una única victoria, una etapa en la Paríz-Niza, y el español no lo consideraba un rival serio.

«No le consideró Alberto y el desfallecimiento del último kilómetro [en Rasos de Peguera] nos costó la Vuelta. Si le considera, si pasa, van los dos juntos, lo normal, hubiesen llegado con quince o veinte segundos sobre todos y sin embargo perdió casi un minuto en el último kilómetro con los que él ya había enterrado», recuerda Mínguez.

«Cuando llegué le dije “me cago en diez, la que has hecho. Si estabas ganando la Vuelta e igual la has perdido”. “No me jodas, no me digas eso”, me decía él. “Mira. La habías ganado con la punta del pijo”», fue la premonición del entonces director del Zor. «Si cuando él se va, le deja a Chozas que se funda y habla con Caritoux», se lamenta. «Pero cuando yo paso ya era tarde porque no te dejaban pasar hasta que había un minuto de diferencia y ya había gastado toda la munición», explica.

Mínguez está convencido de que esa Vuelta la hubiera ganado Alberto Fernández si hubiera tenido pinganillo. «¿Cómo la vas a perder con pinganillo? Si era el mejor. El problema es que quiso dejar a Caritoux cuando no era enemigo. Aunque me gane la etapa, si el problema eran los que había dejado atrás. Pero como había dejado a los otros, pensó llego solo, gano la etapa. Le pudo el corazón», rememora el hombre que llevó a Alejandro Valverde a ser campeón del mundo en 2018.

Mínguez ya había ganado la Vuelta del 80 con Faustino Rupérez y la ganaría dos después con Álvaro Pino. Aquella Vuelta del 84 se le quedó en el recuerdo, pero no le quema.

«En el deporte ganas, pierdes, hoy estás contento, mañana no. La herida mental la tenía el día de Rasos de Peguera, que le dije “hoy has perdido la Vuelta”. “No me digas eso”, me decía. Y por desgracia, acerté», concluye Mínguez,

Antes de la etapa final en Madrid, había una contrarreloj en Torrejón de Ardoz. Caritoux tenía 37 segundos de ventaja y Aberto sólo consiguió recuperarle 31. Seis segundos le faltaron.

Aquella fue la última Vuelta que corrió Alberto, cántabro de Cuena pero criado en Aguilar de Campoo. Por eso le llamaban el «Galleta». «Hizo una fiesta Unipùblic en Scala Meliá Castilla entregando los premios de la Vuelta a España y veníamos de la concentración de Sierra Nevada Rupérez, él y yo un día antes que los demás», rememora Mínguez. Cuando regresaba a casa en coche sufrió un accidente de coche que acabó con su vida. El 15 de enero del año siguiente hubiera cumplido los 30.