La perla del Chira, por Cynthia Cienfuegos
Ana Lisbeth Yarlequé Risco tenía 24 años. Vivía en el centro poblado La Golondrina, en el distrito de Marcavelica, y era estudiante técnica en topografía. El pasado viernes 6 de setiembre, ejerciendo sus labores en una obra de pistas y veredas, en el asentamiento humano Villa Primavera, Ana fue asesinada. Según investigaciones preliminares, se trataría de sicarios dedicados a la extorsión, quienes cobran cupos para la construcción de obras. Ese mismo día, otros dos jóvenes ingenieros habrían sido asesinados por el mismo motivo.
En el 2021, Sullana registró el mayor número de muertes dolosas por sicariato con un total de 6 víctimas, por encima de San Juan de Lurigancho y de Lima Cercado. En ese mismo año, también se ubicó dentro de las 30 provincias con el mayor número de muertes violentas asociadas a hechos delictivos (INEI, 2023). El problema de la inseguridad en Sullana no es reciente, sin embargo, hoy ya es insostenible. Han pasado décadas y Sullana no cuenta con un plan estratégico efectivo para combatir la delincuencia. La falta de personal especializado, de recursos logísticos, de trabajos de inteligencia y de articulación interinstitucional son algunas de las debilidades. Estos vacíos institucionales, sumados a la corrupción y a la constante crisis política del país, han terminado por beneficiar y fortalecer a las mafias y redes criminales.
El pasado domingo 8 de setiembre, la población de Sullana se autoconvocó a una marcha por la paz, no solo en rechazo a la ola de violencia, sino al abandono de las autoridades locales, regionales y nacionales, quienes, por si fuera poco, terminaron respondiendo con medidas populistas y nada efectivas. Se vuelve urgente contar con liderazgos locales que asuman la construcción de una verdadera propuesta en materia de seguridad ciudadana, desde un enfoque multidimensional y de derechos humanos, y que permitan impulsar un trabajo articulado, plural y multiactor en la perla del Chira.