El doctor Cavadas no tendrá fácil criar y cazar muflones en Cuenca: las múltiples pegas ambientales a su granja cinegética
El Gobierno de Castilla-La Mancha detecta “efectos significativos” en el medio ambiente y afirma que el proyecto no indica el origen del agua para abastecer a los animales, no detalla las condiciones del criadero y no describe la gestión de residuos que generaría la actividad
Hemeroteca - Una empresa del mediático cirujano Pedro Cavadas proyecta una granja de muflones “para que los cacen unos pocos”
La empresa inmobiliaria y de instalaciones de clínicas del mediático cirujano Pedro Cavadas ya ha encontrado sus primeros obstáculos en la construcción de una granja cinegética de muflones en el término municipal de Mira, ubicado en la Serranía Baja de Cuenca, casi en la frontera con la Comunitat Valenciana.
El objetivo de este proyecto, cuyos detalles ya adelantó elDiarioclm.es, es criar estos animales para después cazarlos. Es decirlos soltarlos vivos, como ocurre con otras especies. Se trata de una iniciativa que ya nació con polémica por el rechazo de colectivos ecologistas, vecinos de la comarca y colectivos ciudadanos que combaten la proliferación de macrogranjas en Castilla-La Mancha.
La empresa promotora es Ruoxiao S.L. cuyo dueño es el doctor Pedro Cavadas, muy conocido por sus operaciones de reconstrucción microquirúrgica. Es también un avezado cazador de tiro con arco, tal y como él mismo ha manifestado en numerosas entrevistas y apariciones públicas.
Esta empresa figura en el Registro Mercantil como Sociedad Limitada y su actividad en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE) es el alquiler de bienes inmobiliarios por cuenta propia. También figura la explotación de instalaciones de clínica por facultativos para diagnóstico e intervenciones quirúrgicas, así como la compra, venta, parcelación y urbanización de toda clase de terrenos.
La especie cinegética objeto de producción en la granja proyectada, es el muflón, especie originaria de las islas de Córcega, Cerdeña y Chipre, habiendo proliferado con introducciones practicadas en terrenos cinegéticos. Su hábitat idóneo corresponde con zonas montañosas, tanto en bosques abiertos como en amplios pastos. En la provincia de Cuenca, el muflón se encuentra en expansión, destacando la Sierra de Altomira y Serranía Baja.
En paralelo a la polémica por su nuevo proyecto, el expediente administrativo para la construcción de la granja de muflones ha seguido su curso durante este año. Hace unos meses la Delegación Provincial de Desarrollo Sostenible de Cuenca formuló un primer informe de impacto ambiental de la primera fase del proyecto: el vallado de la granja dentro de la Finca Hoyas de Caramba del municipio conquense de Mira, en una superficie de 322 hectáreas.
Se trata de un documento previo de análisis, antes de evaluación ambiental definitiva, pero ya arroja algunos detalles relevantes y numerosas pegas por parte de la Administración castellanomanchega.
Según este informe, los objetivos de producción iniciales están enfocados a la mejora genética, reposición y sustitución progresiva de ejemplares existentes en el coto contiguo, cuya titularidad también es de Ruoxiao con una superficie de 569 hectáreas y que se encuentra ubicada en el término municipal de Villargordo del Cabriel (Valencia).
Como segundo objetivo, esta granja producirá ejemplares para su comercialización, realizándose la venta en vivo en otros acotados o comercializando su carne y subproductos. El objetivo es introducir una población inicial de 129 ejemplares, 120 hembras y 9 sementales.
De los residuos a la ZEPA
En el primer periodo de tramitación y consultas, realizado hace un año, presentaron alegaciones al proyecto, entre otros, el Ayuntamiento de Mira, la Confederación Hidrográfica del Júcar, la Sociedad Española de Ornitología (SEO) o Ecologistas en Acción de la Manchuela (Cuenca y Albacete), así como varios particulares. Pero las observaciones que realiza el Gobierno regional, una vez analizada la documentación que obra en el expediente, va más allá.
En primer lugar, señala en el informe previo que el proyecto no indica el origen del agua para abastecer a los animales. Recuerda al respecto que existe un coto contiguo, el mencionado de Villalgordo del Cabriel, y que “no se ha analizado el efecto acumulativo y sinérgico” con el coto ya implantado. También alerta de que la empresa no describe la gestión de residuos generados por la actividad.
Además, añade que el área norte del cerramiento perimetral linda con la Zona de Especial Protección de las Aves (ZEPA) y Zona de Especial Conservación (ZEC) denominada “Hoces del Cabriel, Guadazaón y Ojos de Moya”, perteneciente a la Red Natura. El plan de gestión de esta zona protegida establece usos compatibles “siempre que no supongan impactos ambientales apreciables”.
En el informe se describen algunas especies de avifauna de la zona como el águila perdicera, actualmente en peligro de extinción dentro del Catálogo Regional de Castilla-la Mancha. Concretamente en la mencionada ZEPA próxima al proyecto de Cavadas existen “territorios históricos de nidificación y cría de esta especie. A ello añade zonas de campeo de rapaces forestales como el águila calzada, catalogada como ”de interés especial“.
Así, según el informe del Servicio de Medio Natural y Biodiversidad en Cuenca, las principales repercusiones del cerramiento y de la granja cinegética serán, en su fase de construcción, “molestias a la fauna silvestre y afección a vegetación natural, principalmente en los trabajos de instalación y mantenimiento del vallado”.
Pero hay más. Alerta de que ese mismo cerramiento supondrá la “detracción de hábitat y desplazamiento de otras especies cinegéticas presentes” como corzo, gamo, ciervo, cabra montés y jabalí, hacia terrenos colindantes, entre otros, la mencionada ZEPA. Eso, aparte de la “fragmentación de hábitat y efecto barrera para fauna silvestre protegida”.
También avisa del riesgo de afección sobre la vegetación si la carga de ejemplares durante la explotación compromete la regeneración natural de bosque, así como de ka aparición de fenómenos erosivos y pérdida de suelo o afección a comunidades vegetales higrófilas (que necesitan ambientes húmedos) protegidas asentadas sobre rezumaderos y afloramientos de agua en la construcción de charcas, al privarles de estse recurso hídrico.
Con todo ello, el Gobierno regional concluye que debido a las características topográficas de la finca, en una muela con laderas vertientes a un barranco y con una vegetación predominante de pinares, el proyecto “no parece reunir características para abordar los trabajos de cría, manejo, control sanitario y vigilancia propios de una granja de producción, además de suponer un cerramiento de mayor superficie y longitud con el consiguiente efecto barrera y fragmentación de hábitat sobre la fauna”.
Este argumento se sustenta en el propio Reglamento de la Ley de Caza de Castilla-La Mancha, que estipula los requisitos para granjas cinegéticas de caza mayor: la superficie máxima que podrá ocupar la granja será la que permita realizar un control sobre el total de la población existente dentro de la explotación. “Los parámetros de diseño del proyecto presentado no cumplen con este requisito”, destaca el informe.
Ahí no acaban las pegas. El documento de análisis también desvela que la promotora no describe el programa de cría “con suficiente nivel de detalle”, ni se valoran afecciones “teniendo en cuenta la población máxima de muflón, según productividad y estacionalidad”.
“Acumulación de impactos”
Como consecuencia de este análisis, y teniendo en cuenta la naturaleza del impacto, la probabilidad del mismo y la “posible acumulación con los impactos de otros proyectos existentes en la zona”, la Delegación provincial del Gobierno castellanomanchego establece que el proyecto debe someterse a una evaluación de impacto ambiental ordinaria, es decir, de carácter ampliado, por tener “efectos significativos en el medio ambiente”.
Este medio ha vuelto pedir la valoración del doctor Pedro Cavadas mediante escritos dirigidos a la empresa promotora y también la Fundación y clínica que llevan su nombre. Tampoco en esta ocasión ha habido respuesta.
Aunque no tiene más de un millar de habitantes, Mira es el séptimo término municipal más grande de la provincia de Cuenca debido a que ocupa más de 200 kilómetros cuadrados. En sus campos, abundan los cultivos agrícolas de tipo leñoso más destacados como viñedos, almendros, frutales y olivos. También se cultivan cereales como el trigo y la cebada y son abundantes huertas cercanas al río Ojos de Moya que cruza el pueblo (denominándose a partir de ahí como río Mira) y riega los campos hasta desembocar en el Embalse de Contreras.
La noticia del proyecto de Cavadas ya recorrió las calles del pueblo. Aunque este proyecto está más cerca del núcleo poblacional de Villargordo, varios comerciantes consultados explicaron que, aunque el territorio es muy grande, los espacios de caza suelen tener impactos para los cultivos y para los terrenos colindantes: las “afueras” del pueblo.
Se la circunstancia de que esta misma semana, el Gobierno de Castilla-La Mancha ha aprobado el informe favorable para convertir en “proyecto prioritario” la instalación de una planta de soldadura en el término municipal de Mira. Utilizará un método innovador para la soldadura de metales a través de la conexión de diferentes metales y contará con una cantera para la extracción, pulverización y trituración de piedra dolomita, cuyo principal destino es la construcción y una fábrica de prefabricados de hormigón.
El consejero de Fomento, Nacho Hernando, ha destacado que esta nueva planta supondrá una inversión de algo más de diez millones de euros y la creación de 44 puestos de trabajo.