La limpieza, otra vez
Un verano más, en Alicante se ha hablado de limpieza. O más bien, de la suciedad en las calles de la ciudad. No es nada nuevo. Cierto. Se trata de un asunto recurrente en las conversaciones de los vecinos, comerciantes, hosteleros y también de los turistas, aunque el tema suele ganar más protagonismo si cabe cuando la población aumenta, como sucede en los periodos vacacionales. La novedad este 2024, la única, es que se trataba del primer verano tras la entrada en funcionamiento del nuevo contrato de limpieza y recogida de residuos, que supone un gasto anual de 40,4 millones de euros, un 30 % más que el coste del anterior servicio. Unos 320 millones para ocho años. Esa importante inyección económica no ha significado un cambio radical en la capital alicantina, a pesar de que el gobierno de Luis Barcala, cuando entró en vigor, dio por hecho que los resultados iban a «saltar a la vista» en semanas.