Sánchez ofrece a otras comunidades que "recauden y gestionen más gravámenes" para sortear el malestar con Cataluña
Pedro Sánchez se ha dirigido hoy al Comité Federal de su partido en plena polémica por la "singularidad" fiscal a Cataluña. El secretario general del PSOE no se ha referido explícitamente al acuerdo rubricado con ERC para hacer presidente a Salvador Illa, no ha defendido el contenido ante las huestes socialistas ni ha concretado la más mínima letra del mismo, pese a que la demanda para ello sea prácticamente unánime dentro del partido. El ejercicio de "pedagogía" del Gobierno se está limitando a ofrecer a otras autonomías un modelo similar o asimilable al que ya se ha concedido a Cataluña para tratar de aplacar el malestar generado por esta concesión.
En este sentido, Sánchez ha explicitado su disposición "de reconocer singularidades" a otras regiones, esto es, "permitir que todas las comunidades autónomas que lo deseen recauden y gestionen más gravámenes, porque es algo coherente con nuestro estado federal. Algo que, por cierto, ya hacen con éxito países como Alemania y como Canadá", ha dicho. Esto supone avanzar un paso más en la oferta de "más recursos" y de reconocer "singularidades" a otros territorios y supone también una concreción en la órbita de la independencia fiscal, aunque sin especificar qué impuestos serían y si se alcanzaría el 100% de los gravámenes como se ha firmado con ERC. "Si se diseña bien esta nueva etapa autonómica, nos puede ayudar a crear un sistema más justo, que garantice la suficiencia del gasto público y que exija la corresponsabilidad con los gobierno autonómicos", ha dicho Sánchez por toda explicación.
Pese a ignorar el contenido del acuerdo con los independentistas, el líder del PSOE ha articulado toda su intervención con una vocación defensiva. No es baladí que haya aprovechado el arranque para felicitarse por el “orgullo” de que Salvador Illa sea presidente de la Generalitat. El precio a pagar por las cesiones fiscales a Cataluña es un “logro socialista”. “Cuenta con el Gobierno, cuenta con el respaldo de los compañeros del PSOE”, ha dicho, forzando un cierre de filas que no es tal. El presidente Illa fue, tras Sánchez, el primero en tomar la palabra dentro del cónclave, para intentar aplacar el malestar y diluir el nivel de crítica de quienes intervendrían después.
Además de en el hito que supone un presidente socialista al frente de la Generalitat después de 14 años, el secretario general socialista ha vuelto a escudarse en la crítica a las autonomías del PP, especialmente la Comunidad de Madrid, para no entrar al detalle de las concesiones a Cataluña. Como ya hiciera en la apertura del curso político, Sánchez ha atacado “el proyecto fallido de recortes, de desigualdad y de privatizaciones” de la derecha. “Ahora la coartada es la financiación autonómica, la enésima excusa para esconder su proyecto neoliberal”, ha asegurado, para censurar: “Unos piden con una mano, mientras que con la otra hacen regalos fiscales a los más ricos”.
En este punto, el líder del PSOE ha vuelto a repetir los números, que ya exhibió el miércoles, de transferencias a las CC AA y ha reiterado su compromiso de seguir por esa vía y dar “más recursos” a las regiones que los que recibieron cuando gobernaba Mariano Rajoy. "El verdadero debate no es entre territorios, sino entre modelos. El que ve en los servicios públicos bienes derechos o mercancías y nosotros, que siempre defenderemos que la educación, la sanidad y las pensiones son derechos con los que no se puede mercadear", ha destacado
Críticas a la mayoría "restrictiva" en el Congreso
Como también hiciera en el Instituto Cervantes el miércoles, Sánchez ha dibujado una "nueva etapa" política "sin elecciones a la vista" por lo que ha pedido al PP que "abandone esa oposición destructiva". "Hay Gobierno para largo", ha reiterado, anticipando que se va a avanzar en la agenda que se ha trazado "con o sin apoyo de la oposición". También, "con o sin apoyo de un poder legislativo que tiene que ser más constructivo y menos restrictivo". Esta crítica del presidente a los partidos que integran su mayoría y que, ya anticipa, no van a secundar al Ejecutivo en algunas de sus medidas estrella, entre ellas, la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado. Si las cuentas no salen adelante, la legislatura quedaría herida de muerte y el líder socialista, consciente de ello -él mismo tiene una nutrida hemeroteca pronunciándose en este sentido- se ha avanzado a quienes ya le critican, también dentro de su partido. "Quienes piensan que el objetivo es resistir se equivocan. El objetivo es transformar", ha dicho.