Ola de crímenes por sicariato
El sicariato ha cobrado ayer varias víctimas en diferentes puntos del país, y su accionar enrarece el normal desarrollo de actividades productivas como el transporte y la construcción.
Dos ingenieros que se desempeñaban en la supervisión de obras en Samán Chico, de la provincia de Sullana, fueron asesinados en plena calle, donde fueron alcanzados por las balas de estos delincuentes motorizados.
Ellos trabajaban en las obras que se llevan a cabo en el colegio Francisco Bolognesi. Horas después fue asesinada la topógrafa Ana Lizbeth Yarlequé, quien desarrollaba sus labores en la construcción de pistas y veredas de Villa Primavera.
Se trata de crímenes que ocurren en Sullana a menos de 24 horas de la accidentada visita de la presidenta Dina Boluarte a la ciudad, de la que fue prácticamente expulsada por la enardecida población que lanzó contra los vehículos oficiales piedras y otros objetos contundentes.
En Lima, en tanto, se volvió a atacar vehículos de pasajeros, y producto de esta balacera que tenía como blanco a los choferes de las unidades, perdió la vida una madre de familia que viajaba como pasajera, mientras que otro conductor fue también alcanzado por los disparos, por lo que quedó malherido.
Se trata de una ola de ataques para el cobro de cupos a las unidades móviles. En el caso del transporte, se conoció que los conductores entregaban una cuota semanal para pagar la extorsión de la que son víctimas.
El clima se torna insostenible y el temor se va apoderando de los ciudadanos que ya no están seguros al salir a la calle a cumplir sus labores. Las autoridades siguen envueltas en mutuas acusaciones y revelaciones sobre acciones ilegales y corrupción sin que se tenga claridad sobre las acciones adoptadas y las medidas para brindar seguridad a la población. Somos ahora el paraíso de la delincuencia ante la mirada impasible de los responsables de brindar seguridad a la población.