Starliner, la nave de Boeing averiada que llevó a los astronautas atrapados a la estación espacial vuelve a la Tierra
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La nave de Boeing, la Starliner, vuelve finalmente a casa vacía desde la Estación Espacial Internacional (ISS, por sus siglas en inglés) en la madrugada de este sábado. La reputación del gigante aeroespacial se ha visto seriamente dañada por los fallos de los propulsores y las fugas de helio que la cápsula registró desde el principio de su primer viaje tripulado, que se lanzó el pasado 5 de junio. La decisión de la NASA de que la tripulación, que llegó para una estancia de una semana pero ya acumula tres meses, se quede en la ISS ha sido otro mazazo para la compañía. Un viaje de regreso tranquilo y sin incidentes es fundamental no solo para salvar algo de orgullo, sino también para las perspectivas de Boeing de obtener los permisos y certificados para transportar astronautas en el futuro. La Starliner se desacoplará de forma autónoma de la estación espacial alrededor de las 6:04 pm hora del este de EE.UU. (24.04 hora en España), y aterrizará en el puerto espacial White Sands en Nuevo México aproximadamente seis horas después. La NASA optó por traer la nave a casa sin los astronautas Butch Wilmore y Suni Williams a pesar que Boeing confiaba en un vuelo tripulado seguro. La compañía llevó a cabo extensas pruebas en tierra que apuntaban a replicar los problemas técnicos que la nave espacial había experimentado en su ascenso, y diseñó planes para prevenir más problemas. Al final, sin embargo, Boeing no pudo convencer a la NASA, que decidió que Williams y Wilmore permanezcan allí hasta febrero y regresen con la tripulación de la misión Crew-9 en una nave de SpaceX, compañía de Elon Musk. «Boeing creía en el modelo que habían creado que intentaba predecir la degradación del propulsor para el resto del vuelo», explicó Steve Stich, gerente del programa de tripulación comercial de la NASA a los periodistas esta semana. «Sin embargo, el equipo de la NASA, debido a la incertidumbre en el modelo, no podía sentirse cómodo con eso», agregó, caracterizando el estado de ánimo durante las reuniones como «tenso». Después de desacoplarse, Starliner realizará un poderoso «encendido de arranque» que la lanzará lejos de la estación para evitar cualquier posibilidad de colisión, una maniobra que habría sido innecesaria si hubiera tenido tripulación a bordo que pudiera tomar el control manual de la nave si fuera necesario. En general, la expectativa es que Starliner lleve a cabo con éxito su aterrizaje asistido por paracaídas y airbag, tal como lo hizo durante la prueba de 2022 sin tripulación. Pero los equipos de tierra estudiarán de cerca todos los aspectos de su desempeño, en particular sus problemáticos propulsores durante la crucial «combustión de desorbitación» que lleva a la nave espacial de regreso a través de la atmósfera de la Tierra. Stich enfatizó que la NASA estaba enfocada en completar las tareas inmediatas en cuestión. «Cuando hagamos eso, tendremos una mejor comprensión de cuándo podemos certificar el vehículo y cuándo podemos reanudar los vuelos», dijo. La NASA otorgó a Boeing y SpaceX contratos multimillonarios hace una década para desarrollar naves espaciales para transportar astronautas hacia y desde la ISS, luego del retiro del transbordador espacial. Sin embargo, SpaceX de Elon Musk se adelantó a Boeing, y lleva desde 2020 realizando vuelos regulares a la ISS.