Nuevo primer ministro de Francia inicia difícil reto de formar gobierno
El nuevo primer ministro francés, el conservador Michel Barnier, inició este viernes los contactos para formar "un gobierno de unidad" como le encargó la víspera el presidente Emmanuel Macron, bajo la amenaza de una moción de censura de la ultraderecha.
Barnier, de 73 años, recibió en primer lugar a su predecesor Gabriel Attal, miembro de la alianza centroderechista de Macron, antes de conversar con los líderes de su propio partido conservador Los Republicanos (LR), que cuenta con solo 47 diputados de 577.
La tarea se anuncia complicada. El inesperado adelanto en junio por Macron de las elecciones legislativas previstas en 2027 dejó una Asamblea Nacional (cámara baja) dividida en tres principales bloques, todos lejos de la mayoría absoluta.
"Se va a necesitar mucha escucha y mucho respeto. Respeto entre el gobierno y el Parlamento, por todas las fuerzas políticas (...) y voy a empezar a trabajar en ello desde esta noche", dijo el jueves en sus primeras declaraciones como primer ministro.
Tras semanas de consultas, su nombramiento tuvo lugar gracias a que el partido ultraderechista Agrupación Nacional (RN) de Marine Le Pen descartó por el momento una moción de censura contra Barnier, a la espera de conocer su programa de gobierno.
Le Pen, quien dijo que no participarán en una coalición, reiteró no obstante sus prioridades: el poder adquisitivo, luchar contra la "inmigración fuera de control" y la inseguridad, y modificar el sistema electoral.
En su primera declaración, el flamante jefe de gobierno conservador citó el control de la inmigración entre sus prioridades, junto al acceso a los servicios públicos, la escuela, la seguridad, el trabajo y el nivel de vida.
La coalición de izquierdas Nuevo Frente Popular (NFP), vencedora de las elecciones legislativas, anunció en cambio una moción de censura, que sólo podría tener éxito si la extrema derecha de Le Pen vota a favor.
En Francia, el presidente comparte el poder ejecutivo con el gobierno y le corresponde nombrar al primer ministro, incluso de otro color político, sin consultar a la Asamblea, cuya única opción de oponerse es aprobando una moción de censura.