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Сентябрь
2024

Un día especial para el deporte cubano

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Día inolvidable aquel 6 de septiembre de 1978 cuando la selección nacional de béisbol y el equipo femenino de voleibol protagonizaron una página inédita para el deporte cubano al proclamarse campeones mundiales en una misma fecha, en sus respectivas disciplinas.

Mientras en Italia con una abundante ofensiva el elenco de la Mayor de las Antillas, bajo la tutela de Servio Tulio Borges Suárez, apabullaba a Corea del Sur, 11 carreras a cero, para conquistar su decimoquinto título mundial, en Leningrado, a las órdenes del mejor entrenador de equipos femeninos del deporte de la malla alta en el pasado siglo, el difunto Eugenio Rafael George Laffita (1935-2014), las voleibolistas destronaban a las japonesas en solo tres sets (15-6, 15-9, 15-10), para subir a lo más alto del podio por primera ocasión en justas planetarias.

Ese triunfo en un año en que los hombres se agenciaron el metal de bronce en Roma resultó igualmente el primero logrado por el deporte femenino en nuestro archipiélago, lo cual dio lugar a que el 6 de septiembre se considere el Dí­a del Voleibol en Cuba.

Para coronarse en la justa realizada en Leningrado, antigua Unión Soviética, las muchachas barrieron a Países Bajos (15-1, 15-4, 15-8) y Perú (15-7,15-12 y 15-3) y cedieron un set ante la ex Yugoslavia (15-5, 13-15, 15-2, 15-2).

En la siguiente etapa no perdieron ni un parcial, pues batieron 3-0 a Estados Unidos (15-7, 15-9, 15-10), la
 entonces Checoslovaquia (15-1, 15-9, 15-12), la desaparecida República Democrática Alemana (15-4, 15-6 y 15-13) y Japón (15-8, 15-9, 15-10).

Ya en semifinales sostuvieron un difícil encuentro con la Unión Soviética, el cual empezaron perdiendo el set inicial (12-15), segundo en que sucumbieron en todo el campeonato, pero se acreditaron los tres segmentos siguientes, 16-14, 15-10 y 15-12.

Posteriormente, como apuntamos al principio, solo necesitaron tres mangas para arrebatarles el trono a las llamadas Niñas Magas del Oriente.

En ese mundial muchos expertos situaron a Mercedes «Mamita» Pérez, como la principal figura del certamen, en el que también sobresalieron la recientemente fallecida Mercedes Pomares, así como Nelly Barnet, Lucila Urgellés y las pasadoras Imilsis Téllez y Ana Marí­a García, quienes conformaron la sexteta regular.

Las restantes integrantes del colectivo campeón fueron Erenia Dí­az, Ana Ibis Dí­az, Maura Alfonso, Sirenia Martí­nez, Mavis Guilarte y Libertad González.

Después de esta histórica conquista, las cubanas descendieron al quinto piso en 1982, se anexaron la presea de plata en 1986 y ocuparon el cuarto puesto en 1990.

En esa década de los 90 surgieron las Espectaculares Morenas del Caribe, como las bautizó el destacado narrador y comentarista René Navarro. Esta generación de jugadoras sumó otros dos tí­tulos en lides planetarias, obtenidos en 1994 y 1998, y tres medallas de oro consecutivas en las Olimpiadas de Barcelona 1992, Atlanta 1996 y Sídney 2000 y un bronce en Atenas 2004. Esa época de las Morenas merece un comentario aparte.