Ferraz se declara aliviada por el paso atrás de los barones críticos con el concierto catalán
El Partido Socialista afronta este sábado el Comité Federal que aprobará la celebración del 41 Congreso el 15, 16 y 17 de noviembre de este año. La reunión tendrá lugar en la sede madrileña de Ferraz y reunirá a todos los dirigentes territoriales, la mayoría en la oposición. El partido no tenía por qué organizar un nuevo congreso hasta dentro de un año, pero la cúpula socialista quiere reformular los liderazgos autonómicos y abordar el acuerdo para la reforma de la financiación autonómica catalana que tanto ha molestado en las federaciones socialistas.
De todos los dirigentes, solo Adrián Barbón, presidente del Principado de Asturias, y Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, consiguieron revalidar sus gobiernos en las últimas elecciones autonómicas. Ambos mandatarios han criticado abiertamente, tanto en público como en privado, el acuerdo firmado entre el Partido Socialista de Cataluña y Esquerra Republicana a cambio del apoyo de los independentistas para convertir a Salvador Illa en nuevo president de la Generalitat.
Ferraz no quiere que el 41 Congreso se convierta en un motín dialéctico entre dirigentes autonómicos y Madrid. El temor de los barones a que el concierto pactado con los republicanos, que excluye a la región catalana (responsable del 20% de los ingresos) del régimen común, les salpique y desmovilice al electorado socialista en sus territorios ha caldeado mucho el ambiente dentro del PSOE.
Ferraz ya ha hablado en privado con algunos dirigentes para destensar la situación; admite que casi todos han mostrado sus reticencias al acuerdo PSC-ERC, pero les han asegurado que también se van a impulsar medidas que beneficien el resto de territorios. Un mensaje que hizo público el presidente del gobierno este miércoles, al anunciar que todas las comunidades recibirán más dinero que con el último gobierno del Partido Popular.
Según ha podido escuchar El Chivato, altos cargos del PSOE respiran cada vez más aliviados por haber apaciguado a los dirigentes. Incluso aseguran que varios han reculado también de puertas hacia adentro. Aunque en un comienzo, Barbón, Page o el dirigente socialista en la Comunidad de Madrid, Juan Lobato, se mostraron críticos o reticentes, en las últimas semanas los ataques públicos al acuerdo han ido decreciendo.
Un cambio de perfil que en la dirección socialista achacan a dos cuestiones: la labor del presidente para convencer a sus barones, asegurándoles que el acuerdo no perjudicará tanto a las arcas públicas como dicen los medios —tampoco a nivel electoral—; y el anuncio de nuevas medidas que beneficien al resto de autonomías, incluidas las del PP.
El secretario general, Pedro Sánchez, junto a la dirección del partido, ha preparado el encuentro del sábado como una oportunidad para convencer del todo a sus barones, calmarles y afrontar una renovación en los liderazgos autonómicos con el menor ruido posible.