El maravilloso cuento de la proporcionalidad
Hace ya cuatro años que un guardia civil acabó disparando a un muchacho que, armado con cuchillos, deambulaba por la calle amenazando a los que encontraba a su paso. Se supo después que el chico padecía esquizofrenia, aunque no hay que tener un doctorado en psiquiatría clínica para darse cuenta de que un chaval que va por la calle con dos cuchillos y que amenaza durante horas con matar a los dos guardias civiles armados que tratan de calmarlo, está como las maracas de Machín. El agente disparó al chico cuando este se lanzó hacia él con la intención de apuñalarle. Tuvo la sangre ...