Productora de acero US Steel amenaza con cierres si fracasa su compra, en plena campaña en EEUU
El fabricante de acero estadounidense US Steel amenazó este miércoles con cerrar varios sitios de producción si fracasa su compra por parte de su rival japonés Nippon Steel, y dejó a los candidatos presidenciales, que se oponen a esta operación, entre la espada y la pared.
La empresa estadounidense indicó, en un comunicado, que si la firma japonesa no toma el control, renunciaría a grandes inversiones de modernización de instalaciones en Mon Valley Works (Pensilvania) y Gary Works (Indiana).
A fines de agosto, la empresa de Pittsburgh, Pensilvania, se comprometió a añadir 1.300 millones de dólares a las inversiones incluidas en la operación de compra, para llevar el total a 2.700 millones.
Pensilvania es uno de los estados clave para las elecciones presidenciales del 5 de noviembre en Estados Unidos.
Tanto la vicepresidenta, Kamala Harris, como el expresidente y aspirante republicano Donald Trump (2017-2021), se han manifestado contrarios a la venta durante su campaña electoral.
US Steel tiene previsto un evento este miércoles para mostrar el apoyo de su equipo a la operación con el gigante japonés.
"Queremos que los gobernantes elegidos y otros tomadores de decisiones clave reconozcan los beneficios del acuerdo así como las inevitables consecuencias si el pacto fracasa", explicó el presidente del grupo estadounidense, David Burritt.
Si "US Steel debiera continuar solo", sin unirse a Nippon Steel, "la empresa no asumiría los mismos compromisos", dijo la dirección de este ícono del capitalismo estadounidense, descendiente del imperio del empresario Andrew Carnegie.
En diciembre, US Steel alcanzó un acuerdo de venta por 14.900 millones de dólares con la japonesa Nippon Steel, que prometió por su parte inversiones para mantener competitivas las fábricas en Pensilvania.
Pero la transacción, que fue denunciada por el poderoso sindicato del sector, el United Steelworkers (USW), muestra dificultades a nivel político, ya que muchos republicanos y demócratas están en contra.
El lunes, durante un evento por el feriado del Día del Trabajo en Pittsburgh, Harris declaró que US Steel "debe permanecer en manos de estadounidenses y operada por estadounidenses".
Trump también manifestó su voluntad de bloquear la venta si llega al gobierno, mientras que su compañero de fórmula, J.D. Vance, ha liderado las voces contrarias a esta operación en el Congreso por considerar la producción de acero como un asunto de seguridad nacional.
US Steel argumenta que la venta es necesaria para asegurar inversiones suficientes en sus plantas de Mon Valley, la primera de las cuales data de 1875.
Nippon Steel prometió mantener abiertas las usinas e invertir 1.400 millones de dólares en fábricas con presencia del sindicato USW hasta 2026, cuando expira el actual convenio laboral.
También, se comprometió a mantener la sede administrativa de Pittsburgh, que alberga a unos 1.000 empleados.
Bloqueo
El presidente Joe Biden ha reiterado que pretende bloquear la compra, para la cual todavía no hay autorización de las autoridades regulatorias.
Según The Washington Post, el mandatario se preparar para bloquear formalmente la operación.
Consultada por la AFP, la Casa Blanca indicó el miércoles que el informe de la Comisión de Inversiones Extranjeras en Estados Unidos (CFIUS), encargada del expendiente, aún no envió sus conclusiones a Biden. "Es la próxima etapa", explicó un funcionario del gobierno.
La acción de la empresa estadounidense caía casi 20% el miércoles a una hora del cierre de Wall Street tras circular esta información.
En 2020, Biden ganó en Pensilvania por apenas 80.000 votos contra Trump, sobre siete millones de sufragios.
Cuatro años antes, el promotor inmobiliario republicano derrotó a Hillary Clinton en ese estado por una diferencia aún menor, de 44.000 votos.
Miles de empleos
El sindicato USW calificó el anuncio de un evento en apoyo de la operación en la sede de la empresa de "patético".
"Esta fusión hipotecaría el futuro de los trabajadores", afirmó la USW, que teme muchos despidos de darse la compra.
"Sin la transacción con Nippon Steel, US Steel se separaría, esencialmente de sus grandes hornos, poniendo en peligro miles de empleos sindicalizados y bien pagados", argumentó de su lado el grupo.
Además, "se plantearía seriamente la cuestión de mantener la sede en Pittsburgh", añadió la empresa.
El martes, Nippon Steel intentó, una vez más, tranquilizar al gobierno y al sindicato, afirmando que después de la compra, US Steel seguiría siendo "una empresa estadounidense", con mayoría de ciudadanos estadounidenses en el directorio.
El proyecto ya fue aceptado por el directorio y por los accionistas de US Steel.
Antes de Nippon Steel, US Steel rechazó una oferta de su competidor local Cleveland-Cliffs, que buscaba formar un grupo capaz de actuar a mayor escala en el mercado internacional, muy dominado por empresas asiáticas, chinas en particular.