La historia de los antiguos baños públicos: cuáles eran los beneficios y por qué se dejaron de usar para bañarse
Los antiguos baños públicos fueron una parte esencial de la vida cotidiana en muchas civilizaciones, desde la Roma imperial hasta los hammams del mundo islámico.
Conocé la historia de los antiguos baños públicos, cuáles eran los beneficios que ofrecían y por qué se dejaron de usar para bañarse en la sociedad moderna.
Baños públicos: ¿cuáles eran sus beneficios?
Los baños públicos han sido históricamente mucho más que un lugar para la higiene. Se trataba de centros de encuentro donde las personas se reunían para socializar, relajarse, y cuidar su bienestar físico y mental.
Según un artículo de National Geographic, estos espacios alcanzaron su máximo esplendor en el Imperio Romano. Ofrecían mucho más que un simple baño, ya que incluían áreas para masajes, bibliotecas, y zonas para disfrutar de comida y bebida.
Incluso, en culturas como la japonesa y turca, los baños también tomaron un rol terapéutico y religioso.
Los beneficios de estos baños eran amplios y variados. Según Katherine Ashenburg, autora de The Dirt on Clean: An Unsanitized History, los baños japoneses tradicionales servían para el cuidado de la salud y para prácticas espirituales, mientras que las banyas rusas y los hammams turcos eran fundamentales para la vida social y religiosa.
Los baños públicos también ayudaban a personas con afecciones de la piel, como el eccema, a mejorar la absorción de medicamentos gracias al tiempo que pasaban en el agua, lo que suavizaba la piel.
Expertos, como la psicóloga Justine Grosso y Amy Huang, dermatóloga de los Consultorios Médicos de Manhattan, destacan que un baño caliente puede tener beneficios que van más allá del cuerpo:
- Elevan el ánimo
- Mejoran el sueño
- Favorecen la salud cardiovascular
Estudios preliminares sugieren que el calor de estos baños podría mejorar la circulación, llevando más oxígeno y nutrientes a las extremidades del cuerpo a través de la vasodilatación.
Aunque los baños públicos no se consideraban un tratamiento médico directo, según la psicóloga Ashley Mason del Centro Osher de Salud Integral de la UCSF, sí tenían un impacto notable en la conexión social y el relajamiento mental, contribuyendo de manera significativa al bienestar general de quienes los utilizaban.
¿Por qué dejaron de usarse los baños públicos?
Los baños públicos comenzaron a desaparecer en Occidente a principios del siglo XX, principalmente debido a un mayor enfoque en la higiene personal. Con la teoría de los gérmenes, el baño pasó a estar fuertemente relacionado con la limpieza, lo que cambió las costumbres.
A mediados del siglo XIX, ciudades del Reino Unido y Estados Unidos, como Nueva York, construyeron baños públicos para los sectores más pobres, donde la fontanería aún era limitada.
"Algunos relatos de antiguos baños describían capas de baba en la superficie del agua. En todo caso, te exponías a agentes patógenos", menciona James Hamblin, médico y profesor de la Universidad de Yale y autor de Limpia: La nueva ciencia de la piel y la belleza de hacer menos.
Sin embargo, el desarrollo de duchas y bañeras privadas, impulsado por el capitalismo industrial, hizo que estas instalaciones se volvieran comunes en los hogares, cambiando la forma en que las personas se aseaban.
Aunque algunos países como Turquía, Rusia y Japón aún mantienen baños públicos, la mayoría de la gente ha adoptado el aseo privado en sus casas, dejando atrás los beneficios sociales que ofrecían estos antiguos espacios.
"El baño comunitario nunca fue un medio para mejorar la salud", puntualiza Hamblin. No obstante, "en términos de conexión social, de relajarte psicológicamente, no dudo de que tuviera algún efecto".