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Сентябрь
2024

Reserva, titularidad y seguro: Gastos a tener en cuenta cuando compras una moto de segunda mano

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Abc.es 
Las altas temperaturas empiezan a desaparecer y la mejor temporada de motos comienza. Pero cuando llega el momento de buscar una moto de segunda mano surgen una serie de preguntas como ¿cuáles son los gastos al comprar una moto de segunda mano? ¿quién paga el cambio de titularidad? ¿se puede comprar una moto con multas y quién se hace cargo de ellas? ¿la compraventa siempre tiene IVA? Por ello, los expertos de AMV nos muestran todo lo que tenemos que saber sobre los gastos que conlleva este trámite. Antes de adquirir una moto usada es recomendable solicitar un informe del vehículo para conocer cuál es su situación legal. Aunque la Dirección General de Tráfico (DGT) permite obtener diferentes tipos de informes, los más aconsejables a la hora de adquirir una moto usada son, o bien un informe reducido, que contiene información sobre la fecha de la primera matriculación de la moto en España y si tiene alguna incidencia que impida su transferencia o circulación. También informa si hay algún aviso de llamada a revisión pendiente. Este informe es gratuito. Ó también un informe completo. Incluye toda la información administrativa, identificación del titular, municipio donde está domiciliada la moto, historial de Inspección Técnica de Vehículos (ITV), kilometraje, número de propietarios, cargas, datos técnicos, puntuación EuroNCAP, llamadas a revisión pendientes y mantenimiento. Este informe tiene un coste de 8,67 euros y en la web de la DGT explican como pagarlo, bien sea solicitándolo por Internet o de manera presencial. Si nos hemos decantado por solicitar un informe completo podremos saber, por ejemplo, si el titular de la moto está pagando un crédito por ella. En ese caso, es muy importante saber que, cuando se financia una moto, el banco comunica a la DGT que la misma tiene una reserva de dominio. Se trata de una cláusula que indica que la entidad financiera gozará de la propiedad y titularidad de la moto hasta que no se liquide el préstamo. Por lo tanto, el dueño de una moto financiada no puede venderla salvo que se haya cancelado la reserva de dominio. Y ello supone pagar el crédito y hacer las siguientes gestiones: Solicitar una nota simple en el Registro de la Propiedad donde esté matriculada la moto, entregar dicho documento a la entidad financiera para que acredite que se ha realizado el pago de la moto en su totalidad mediante una carta de pago, presentar esta carta de pago y una carta de cancelación en el Registro de la Propiedad, pagar las tasas correspondientes y comprobar en la DGT que la gestión se ha realizado correctamente y no pesa ninguna carga sobre la moto. Lo normal es que sea el dueño de la moto quien asuma los gastos de cancelación de reserva de dominio. Pero si no puede saldar la deuda con el banco hay otras fórmulas legales: o bien el comprador pasa a ser titular del crédito y asume la deuda de la moto con la entidad financiera o paga el precio de la moto por adelantado para que el vendedor pueda saldar su deuda con el banco. Es importante siempre, además, cumplimentar y firmar un contrato al comprar una moto de segunda mano. No supone ningún gasto y la DGT facilita descargar el contrato de compraventa de un vehículo usado entre particulares. En dicho documento los expertos de AMV recomiendan que aparezcan, como mínimo, los datos del comprador, datos del vendedor, datos del vehículo (marca, modelo y matrícula), precio de venta y fecha y hora en que se firma el contrato. En cuanto a los impuestos asociados a la adquisición de una moto usada, habrá que pagar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP) si la operación de compraventa se realiza entre particulares. El ITP se liquida mediante el modelo 620 o el modelo 621 de la Agencia Tributaria en la comunidad autónoma donde se encuentre el domicilio fiscal del comprador. El tipo impositivo del ITP varía de una comunidad autónoma a otra. Y se calcula a partir de los precios medios de los vehículos a motor publicados por el Ministerio de Hacienda en el Boletín Oficial del Estado (BOE). O en función de la antigüedad de la moto, su cilindrada y su potencia. Si compramos la moto de ocasión a un establecimiento especializado, una empresa o un autónomo, habrá que pagar el IVA. Actualmente, el tipo impositivo del IVA para las motos de segunda mano es del 21%. De igual manera, cuando se compra una moto usada hay que cambiar su domicilio fiscal para pagar el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM) municipal o también conocido como impuesto de circulación, su coste varía dependiendo del municipio. Otro de los gastos de la compra de una moto de segunda mano es el cambio de titularidad del vehículo en la DGT y también corresponde al comprador. Tenemos un plazo de 30 días, desde la firma del contrato de compraventa, para realizar la transferencia del vehículo en Tráfico. Los costes de dicha gestión son de 27,85 euros para ciclomotores y de 55,70 euros para motos. Aunque si no queremos ocuparnos o no tenemos tiempo de realizar todos estos trámites, lo mejor es que contratemos a una gestoría. Es verdad que es un gasto adicional, pero estaremos mucho más tranquilos de que todo el «papeleo» se realiza de manera correcta. Finalmente, no hay que olvidar que para circular y pasar la ITV es necesario asegurar el vehículo. Para motos de segunda mano, se debe valorar qué modalidad de seguro elegir (terceros, robo e incendio o todo riesgo), en función del uso que le demos a la moto y del valor de la misma (ya sea, económico o sentimental).