Potencial de los vuelos regionales a bajo costo
En un mundo cada vez más interconectado, el transporte aéreo se ha convertido en un factor relevante para el desarrollo económico y social de las naciones. Por ende, la Ley para fomentar los vuelos de bajo costo entre Costa Rica y Centroamérica se presenta como una iniciativa transformadora de la dinámica de viajes.
La propuesta busca establecer una estructura de tarifas diferenciadas para los vuelos dentro de la región, con el objetivo principal de reducir los costos asociados a las tasas aeroportuarias e impuestos que encarecen los boletos. La medida, respaldada por estudios técnicos del Banco Mundial, se basa en el principio de que existe una alta elasticidad de la demanda en el transporte aéreo regional. En otras palabras, una reducción en los precios aumentará considerablemente la cantidad de viajeros.
Los vuelos de bajo costo han demostrado ser exitosos en varias partes del mundo. En Colombia, la introducción de rutas domésticas e internacionales ha registrado un incremento significativo del tráfico aéreo, redujo los precios y democratizó el transporte aéreo. En el sudeste asiático, las aerolíneas de bajo costo han transformado la industria de la aviación al facilitar el comercio y el turismo intrarregional. Estas experiencias proporcionan un marco de referencia positivo para la ejecución de un proyecto similar en Centroamérica.
La ley tendrá un impacto positivo en diversos sectores de la economía. En primer lugar, impulsará el turismo multidestino. La reducción de tarifas permitirá la creación de nuevos productos turísticos que combinen visitas a varios países en una sola experiencia de viaje. Esto es particularmente relevante en un momento en que la diversificación de la oferta turística es clave para mantener la competitividad.
En segundo lugar, la ley facilitará el comercio regional. Al reducir los costos de transporte aéreo, las empresas, especialmente las pymes, podrán ingresar más fácilmente a los mercados regionales, lo cual es crucial para industrias de alimentos. Centroamérica representa el destino de más de dos terceras partes de las exportaciones costarricenses. La reducción de costos de transporte mejorará significativamente los márgenes de ganancia y hará que los productos sean más competitivos en el mercado regional.
Además, la reducción de las tarifas aéreas promoverá la competencia en el mercado regional, ya que estimulará a las aerolíneas a ajustar sus precios y mejorar sus servicios, beneficiando directamente a los consumidores, quienes tendrán una gran variedad de opciones de viaje a precios más asequibles. La competencia incrementada implica una mejora general en la calidad de los servicios aéreos en la región.
Efecto multiplicador
El incremento en el número de pasajeros, aparte de beneficiar al sector aéreo, tendrá un efecto multiplicador en la economía, ya que impulsará la expansión de negocios regionales, especialmente en actividades relacionadas con la hotelería, la gastronomía y el comercio minorista. Este efecto será particularmente significativo en áreas turísticas y cerca de los aeropuertos, donde el mayor tráfico de pasajeros estimulará la creación de empleos y el desarrollo de nuevos negocios.
La ley también tiene el potencial de democratizar el transporte aéreo, ya que más personas, especialmente aquellas con menor poder adquisitivo, podrán viajar dentro de la región.
Es comprensible que una propuesta de este alcance genere inquietudes. El Instituto Costarricense de Turismo (ICT) ha expresado preocupaciones sobre el posible impacto en sus ingresos y, por ende, en su capacidad para promover el turismo; sin embargo, es necesario considerar varios factores.
En primer lugar, la elasticidad de la demanda sugiere que la reducción de tarifas atraería a más pasajeros, lo que compensaría con creces la pérdida inicial de ingresos por tarifas reducidas. Según los estudios del Banco Mundial, la elasticidad de la demanda en el transporte aéreo regional se calcula entre 1,3 y 2, lo que indica que el crecimiento porcentual del tráfico de pasajeros sería superior a la rebaja del costo de los boletos aéreos.
En segundo lugar, el incremento en el número de pasajeros generaría nuevos ingresos por servicios adicionales en los aeropuertos, lo que equilibraría, o incluso mejoraría, las finanzas del ICT y de los operadores aeroportuarios. Esto incluye ingresos por servicios en tiendas duty-free, restaurantes y otros servicios aeroportuarios que se beneficiarían del aumento del tráfico de pasajeros.
Además, la expansión del mercado turístico regional no necesariamente implicaría una reducción en la duración de las estadías de los turistas internacionales en Costa Rica. Por el contrario, podría atraer a un segmento que anteriormente no consideraba visitar la región debido a los altos costos de transporte, resultando en un aumento neto en el número de turistas y en los ingresos por turismo.
Coordinación en el Istmo
La inversión en infraestructura aeroportuaria y turística para manejar el incremento en el número de pasajeros sería otro factor clave. No solo mejoraría la experiencia de los viajeros, sino también las oportunidades de empleo y estimularía la economía local.
El desarrollo de estrategias de marketing, coordinadas de forma regional para promover el turismo multidestino y atraer nuevos segmentos de viajeros, maximizaría los beneficios económicos de esta iniciativa e incluiría la promoción de paquetes turísticos que combinen sitios en varios países centroamericanos, aprovechando la mayor accesibilidad y asequibilidad de los viajes aéreos en la región.
El proyecto de ley 24207 se alinea con otros esfuerzos de integración económica en Centroamérica. Al servir como modelo para futuras iniciativas, la ley podría fortalecer la cooperación regional y sentar las bases para un mercado más integrado y dinámico. La colaboración entre los países centroamericanos será clave para asegurar el éxito de esta y otras iniciativas que buscan mejorar la calidad de vida en la región.
Al posicionarse como líder en esta iniciativa, Costa Rica reforzará su imagen como destino innovador, lo cual, a largo plazo, posibilitaría un aumento sostenido de visitantes e inversiones. Los beneficios económicos de esta iniciativa merecen una consideración seria y un análisis detallado para su aprobación.
Víctor Umaña es economista agrícola. Realizó sus estudios de posgrado en Economía Política Internacional en la Universidad de Berna y el ETH de Zúrich, Suiza. Es consultor internacional en comercio internacional, competitividad y desarrollo sostenible.