Fabrica en Argentina una vacuna super demanda en el mundo y advierte que las desregulaciones deben ser hechas por expertos
Biogénesis Bagó está invirtiendo este año cerca de u$s 50 millones en la Argentina. Es hoy la biotech líder en salud animal de la región y una 'joyita' que no deja de generar reconocimiento de sus accionistas, grandes conocedores de la industria farma como las familias Sigman y Bagó.
Esteban Turic está al frente de la firma hace cinco años, un tiempo en que la empresa creció al 14% anual en un mercado que lo hacía a 3%. Acaba de iniciar la construcción de dos plantas en Arabia Saudita y Corea del Sur, que demandarán inversiones por u$s 75 millones y estarán listas en 2026.
Este año, el pronóstico es acercarse a una facturación de u$s 250 millones. Turic confía en cumplirlo, en un marco económico en el que resalta medidas del gobierno que benefician los negocios, como la baja del impuesto país y la reducción de la inflación.
La luz amarilla, considera el ejecutivo, está en las desregulaciones sobre las que advierte la necesidad de estar respaldadas por técnicos y expertos.
Entrevista exclusiva con Esteban Turic, CEO de Biogénesis Bagó
¿Cuál es el plan de Biogénesis Bagó para el corto plazo?
Tenemos un plan estratégico de crecimiento orientado a pasar de ocupar el puesto 24 al 20 del ranking de las empresas más importantes de salud animal del mundo. Hoy somos por lejos primeros en la Argentina y en América latina. Nuestros drivers son expandir lo máximo posible los productos bien competitivos que tenemos a nivel geográfico, incorporar nuevos productos sobre las líneas existentes como en reproducción o vacunas bobinas o aftosa, e incorporar segmentos nuevos, como animales de compañía.
¿Dónde está hoy el fuerte de la facturación?
El 70% de nuestra facturación proviene de vacunas. El resto se distribuye primero entre productos terapéuticos y de reproducción.
¿Cuánto prevén facturar este año?
El año pasado facturamos u$s 235 millones. Este año tenemos un objetivo ambicioso de crecer entre 5% y 6%. En los últimos cinco años hemos crecido a tasas de 14% promedio mientras el mercado creció un 3%.
¿Cuánto pesan en el negocio los mercados externos?
Exportamos a 67 mercados y tenemos filiales en 14 países. En cuanto a las plantas tenemos dos en Argentina, una en Brasil, una en España y en China. Ahora estamos en proceso de construcción de una planta en Arabia Saudita y otra en Corea del Sur que van a estar terminadas en 2026, con una inversión de unos u$s 37 millones cada una.
¿Habrá inversiones en Argentina?
Claro, de casi u$s 50 millones en inversión productiva y en investigación y desarrollo. En los últimos tres años, las inversiones en Argentina sumaron cerca de u$s 100 millones.
¿Cómo impactan las nuevas medidas económicas?
Han sido favorables. Sacar el impuesto país es muy bueno, nos saca un costo que teníamos y nos permite trasladarlo a precios. La reducción de la inflación es muy bueno también porque reduce los impactos financieros y permite trabajar con menos stocks. La libre competencia también es bienvenida, pero dentro de marcos que continúen considerando las garantías que exige el consumidor en Argentina y el de subproductos en el mundo.
¿La ola de desregulaciones está bien encarada?
Se requiere un análisis caso por caso. Hay muchas regulaciones que no son exclusivamente de Argentina sino que responden a estándares internacionales, que permiten un reconocimiento internacional para el comercio. Esas desregulaciones tienen que ser atendidas por expertos técnicos en cada una de las materias. No se pueden tratar todas las desregulaciones con un equipo estándar. Para el segmento farmacéutico veterinario hay comités internacionales de armonización de normas para el registro de productos, de allí surgen las guías y las recomendaciones, para darle al consumidor garantías de seguridad sanitaria y alimenticia. Si uno se sale de ese paraguas, mientras explica al mundo lo que va a hacer, puede perder mercados.
¿Llegarán inversiones?
Que puedan ingresar más empresas es positivo pero que lo haga cada uno como quiera, tiene sus consecuencias. Hay que dar seguridad, moverse con seriedad, medir bien las consecuencias y ser consistente en el tiempo para generar confianza y finalmente poder traer empresas para que inviertan. Si no hay un marco regulatorio acorde a lo que exige el mundo, si se sale de los estándares internacionales, si se desregula sin considerar el entorno global porque se cambió la mirada sobre el mercado, hay consecuencias que para mí no son menores. Para tomar decisiones hay que mirar lo que sucede acá y hay que mirar lo que hace el mundo. Hay que mirar hacia dónde se quiere ir. Qué es lo que hacemos nosotros hoy y quién hace lo que queremos hacer y qué consecuencias puede tener. Las desregulaciones demandan evaluaciones muy técnicas, específicas de cada sector y cadena para no salirse de estándares que pueden dejarte fuera del mundo.
¿Ve un riesgo?
Veo que a nivel de medias económicas hay un correlato. El gobierno dijo que se iba a bajar el impuesto país y se está haciendo, que iba a ir bajando la inflación y está bajando. La baja del déficit se consiguió y eso sabemos que tiene impacto. Ese es el camino. Hay que generar confianza. Los anuncios tienen que tener un correlato con hechos y tienen que ser consistentes en el tiempo para que finalmente den la confianza suficiente como para que las empresas sigan invirtiendo acá y no en otro lado. Las reglas de juego claras y permanentes son las que permiten planificar a largo plazo, sea la vara alta o baja. Si el marco no es claro y consistente generar desconfianza, incertidumbre y nadie va a invertir en un lugar así a menos que sea oportunista.
¿Hoy es competitivo producir en Argentina?
Para nosotros, con escala y automatización, con un nivel tecnológico alto, sí. Tenemos plantas en otras partes del mundo pero hemos crecido en base a la producción local, que sigue nuestro fuerte. Hay algunos productos que fabricamos en Argentina, Europa y en China a la vez. Es porque la producción local a veces permite acceso a mercado más rápido, hay beneficios en la logística y rapidez en el abastecimiento.
¿A qué otro países piensan llegar este año?
Este año llegamos con vacunas a Argelia, que es un país bastante cerrado para los productos importados. Lo mismo a Libia que es un país con conflictos, dividido en dos territorios. Y seguimos trabajando en otros destinos. Hay aftosa en todo el norte de África y por la cercanía con Europa es muy importante la vacunación.
Hubo un cruce por cambios en la vacuna anti aftosa en el país ¿Cómo se resolvió?
Después que se hizo el cambio de normativa en relación a la composición, los laboratorios estamos registrando la vacuna. Es un proceso que lleva tiempo porque hay que hacer pruebas que den garantías de seguridad y eficacia. Está siguiendo el camino oficial que debía.
¿Qué impacto tiene el cambio?
Hoy tenemos productos con un status que costó 20 años conseguir. Llevó mucho tiempo conseguir los 92 mercados que tiene hoy Argentina, en base a volver a generar confianza y dar garantías de que nuestros productos no van a introducir la enfermedad en otros países.
¿Qué plan hay para animales de compañía?
Identificamos los productos que teníamos y se podían orientar a animales de compañía e hicimos adquisiciones como el laboratorio Mayors. Hoy el segmento ya representa el 7% de nuestra facturación. Seguimos en la búsqueda de desarrollar más productos y hacer más adquisiciones.
¿Cómo es tener accionistas con tanta experiencia en el mercado farmacéutico?
La filosofía de los accionistas es poner gente que sepa más que ellos a dirigir las compañías. Con mucha humildad claro, porque vienen del sector, muchos son bioquímicos, administradores de empresas, médicos, farmacéuticos, tienen ese nivel de respeto. Escuchan, preguntan, hacen sus reflexiones, dan su opinión. Son como consultores de excelencia.