La asociación de las ex clarisas de Belorado, vetada por Interior
L a Asociación Monasterio Santa Clara de Belorado no aparece como inscrita en el Fichero de Denominaciones de Asociaciones del Ministerio del Interior. Ni está, como ha podido comprobar LA RAZÓN en una consulta online, ni se la espera. El departamento liderado por Fernando Grande-Marlaska, tal y como adelantó «Diario de Burgos», habría negado el registro de esta entidad ideada por la ex abadesa cismática, sor Isabel de la Trinidad, con la que se buscaba intentar demostrar la propiedad del convento frente a la Iglesia católica.
Además, LA RAZÓN ha confirmado que, antes de denegar la solicitud a las ex clarisas que rompieron con Roma el pasado mayo, Interior habría solicitado su parecer al Arzobispado de Burgos. Resulta sencillo deducir que el equipo del arzobispo y comisario pontificio, Mario Iceta, alertó al Ministerio de la estrategia planteada por las monjas díscolas.
Este rechazo de Moncloa supone un revés para el grupo cismático. Constituirse como asociación civil les permitiría conformarse como una entidad independiente, con libertad de acción respecto a la Iglesia a la hora de llevar a cabo cualquier tipo de actividad, con los beneficios propios de una asociación. Además, les permitiría contar con cierto argumentario para intentar justificar que las ex clarisas, a través de esta asociación, son las titulares de los inmuebles vinculados a la comunidad. A su vez, esto les abriría las puertas para defender su permanencia en la abadía y realizar cualquier operación de compraventa si apareciera un benefactor. De hecho en los estatutos de la asociación ahora vetada por el Gobierno se señalaba que esta plataforma tendría «personalidad jurídica propia e independiente con plena capacidad jurídica y de obrar para el cumplimiento de sus fines, sin otras limitaciones que las establecidas legal o estatutariamente». A la par, se explicitaba que gozaría «de autonomía económico-administrativa en orden a su actividad funcional y de su propio patrimonio».
En cualquier caso, incluso si hubiera sido aprobada la asociación en estos términos por parte del Estado, tanto abogados civiles como canonistas hablan de «un corto recorrido» en un futurible litigio contra la Iglesia católica para demostrar que el convento pertenece a las monjas cismáticas. Estos especialistas reiteran que la propiedad de los monasterios vinculados a esta comunidad pertenecen a la Santa Sede, no a quienes los habitan. Es más, desde que Mario Iceta fuera nombrado comisario pontificio por Roma se convierte en administrador temporal de todos los bienes materiales e inmateriales, pero tampoco en propietario, simplemente en gestor.
Fue el pasado 18 de mayo cuando sor Isabel de la Trinidad firmaba los estatutos de creación de la Asociación Monasterio Santa Clara de Belorado, que ahora se topa con el muro del Ministerio del Interior. Lo hacía después de que el 8 de mayo rubricara el llamado «Manifiesto Católico» en el que suscribía su escisión de Roma. No era la primera entidad que creaban las contemplativas rebeldes. Ese mismo día que se convertían en las protagonistas de un cisma inédito en la historia reciente de la Iglesia, también firmaba los estatutos de la Asociación Monasterio de Santa Clara de Derio, localidad bilbaína donde se encuentra otro de los cenobios vinculados a la comunidad. Para marcar distancias con Roma, en estos estatutos se aseguraba que la entidad gozaría de «naturaleza privada, con fines culturales, sin ánimo de lucro; así como el carácter profesional y cultural de sus actividades, las cuales serán lo más amplias posibles dentro del marco legal que institucionalmente le permita el ordenamiento jurídico al respecto».
Además, en los estatutos de Derio se afirmaba que habían sido aprobados «por unanimidad» en capítulo conventual, esto es, el órgano de gobierno de la comunidad religiosa en la que estarían «la totalidad de sus miembros». Este extremo lo negaría después sor María Amparo, la monja que huyó del convento para ser fiel a la Santa Sede, pero que en esa fecha todavía permanecía en Belorado.
¿Venta de casullas de segunda mano?
«Diario de Burgos» publicó que «siguen la pista a ropajes ofertados en al menos dos webs que pueden haber salido de los monasterios de las exmonjas» de Belorado señala el periódico regional en relación a, al menos una casulla, que se habría puesto a la venta tanto en Wallapop como en Todocolección. «Al parecer, el perfil pertenece a la madre de una de ellas», recogen desde el periódico regional. Después de trascender la noticia, la pieza ha desaparecido de ambos portales. En uno se vendía a 250 euros y, en el otro, la misma casulla aparecía 20 euros más cara. La empresa italiana Russo Raffaele las vende sin estrenar por 460 euros.