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Август
2024

Roglic empieza la cuenta atrás

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Michael Woods tiene 37 años, una medalla de bronce en un Mundial –el de 2018 que ganó Valverde–y un instinto increíble para elegir las fugas que les llevan al triunfo. El canadiense exhibió el maillot con la hoja de arce que lo distingue como campeón de su país al cruzar la meta de Ancares. Un puerto durísimo al que los favoritos llegaron silbando. Más de 17 minutos de ventaja llegaron a tener los escapados. Una vida más o menos.

O eso debía de pensar Ben O’Connor, el líder, que viajaba embutido en el grupo con la comodidad de que nadie hiciera un movimiento para hacerle daño. Y él feliz, ilusionado con llegar así hasta Madrid.

Pero era sólo cuestión de paciencia. La que demostró Primoz Roglic, que no viste el maillot rojo pero es el único líder de la carrera. Espero el momento para que sus compañeros del Bora Red Bull se pusieran a tirar. Y llegó cuando la carretera empezaba a mirar hacia arriba en las primeras rampas de Ancares, que esta vez se subía por la vertiente leonesa, la más dura probablemente. El ritmo de Daniel Felipe Martínez y de Vlasov fue eliminando corredores hasta que Roglic, que sólo tiene en la cabeza conseguir su cuarta Vuelta para ser el corredor con más triunfos en la carrera española, se quedó solo con Enric Mas.

Parecía un duelo entre los dos la Vuelta, pero Roglic no mira atrás. Sólo mira hacia arriba, impone un ritmo infernal y son los demás los que tienen que preocuparse. Enric, como todos los demás, reventó, pero antes dio tiempo a que Landa se enganchara al grupito. Como para demostrar que ellos son los más fuertes. Enric reventó, como casi todos, y Landa, un poco menos. Con 34 años Mikel tolera mejor el sufrimiento, sabe que esta es su oportunidad de subir al podio de la Vuelta y no quiere desaprovecharla.

Roglic se fue solo y lo demás fue sólo un recuento de los segundos que le iban cayendo a O’Connor. El líder fue el primero de los favoritos en ceder. Tan pronto que su equipo dejó marchar por delante a Felix Gall sin obligarle a preocuparse del maillot rojo.

El camino del esloveno iba sumando segundos en las cuentas de O’Connor y de todos los demás. En ninguna carrera se siente tan cómodo como en la Vuelta, a pesar de la mala suerte que ha tenido en sus últimas participaciones. En 2022 se cayó en la etapa de Tomares, en la provincia de Sevilla, cuando se preveía un buen combate con Remco Evenepoel por la victoria final. El año pasado tuvo la desgracia de estar en el mismo equipo que Sepp Kuss y que Jonas Vingegaard. Con el estadounidense de rojo no tuvo libertad para buscar su oportunidad.

A esta Vuelta ha llegado sin ataduras, en forma y con un equipo que pone a su disposición a ciclistas como Daniel Felipe Martínez Vlasov y Lipowitz. Y rivales que no aguantan su rueda cuando se pone a dar pedales. O no siempre. Roglic no peleó por la etapa, ni siquiera quitó de en medio al líder, pero dio en Ancares el primer golpe de autoridad de verdad en la carrera. Está a un minuto y veintiún segundos del rojo. Le vale para la última contrarreloj. Le basta con que sus rivales vayan madurando.

[[H3:O'Connor: «Estoy fundido, pero sigo líder»]]

Ben O’Connor perdió 1:55 con Primoz Roglic. Mucho tiempo, pero no tanto como para perder el maillot rojo de líder. «Estaba bastante fundido. Es triste, pero por lo menos sigo todavía de rojo. Ya me había quedado cuando Roglic ha atacado, así que no lo he visto. Estaba tratando de gestionar mi esfuerzo, porque no tenía mucho más», reconoce el australiano. «¿Quién sabe qué vendrá los próximos días? En Granada me sentí bien, y hoy realmente no tenía nada», afirma.

Roglic es ahora la referencia de la carrera. «A día de hoy le veo por encima pero queda mucha Vuelta», afirma Mikel Landa, más fuerte que Enric Mas. «Abajo me he sentido vacío», confesaba el corredor de Movistar. «Espero que sólo sea un mal día», añade.