La extrema derecha alemana aspira a la victoria en dos elecciones regionales
Dos regiones del este de Alemania celebran el domingo unas elecciones locales en las que la extrema derecha aspira a la victoria y el partido socialdemócrata del jefe de gobierno Olaf Scholz se prepara para una debacle.
La campaña electoral en las regiones de Sajonia y Turingia quedó sacudida por el triple asesinato a cuchillo ocurrido el pasado viernes en Solingen, en el oeste del país, en un ataque imputado a un sirio y reivindicado por la organización yihadista Estado Islámico.
El ataque llevó al primer plano los debates sobre inmigración y seguridad y "tendrá inevitablemente una influencia en las elecciones", señaló el diario alemán Frankfurter Allgemeine Zeitung.
El partido de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD), ya bien arraigado en las regiones de la antigua Alemania Oriental desde su fundación en 2013, aspira a la victoria en los dos "lander".
Los sondeos la dan como clara vencedora en Turingia, con un 30% de los votos y casi diez puntos de ventaja sobre los conservadores de la CDU, el principal partido opositor. En Sajonia, ambas formaciones están codo a codo.
Tradicionalmente débil en estas regiones, el partido socialdemócrata de Scholz puede hundirse todavía más, con porcentajes de voto estimados de alrededor del 6%.
Sus dos aliados de la coalición de gobierno, los Verdes y los liberales del FDP, son casi insignificantes.
En la cercana Brandeburgo, la región que rodea Berlín, hay previstas elecciones locales el 22 de septiembre y en ellas AfD también parte en cabeza en los sondeos.
Una eventual victoria del partido de extrema derecha sería la primera en unas elecciones regionales.
Esto no implicaría que AfD asuma las riendas de alguno de estos estados, puesto que el resto de formaciones han descartado colaborar con ellos.
Sin embargo, el resultado confirmaría la dinámica ascendente de la formación de extrema derecha que en 2017 entró al Bundestag después de la crisis migratoria que llevó a cientos de miles de sirios y afganos a Alemania.
- "Todo el mundo puede entrar" -
La formación se alimenta del malestar de parte de la ciudadanía con la inflación provocada por la guerra en Ucrania o con la transición ecológica impulsada por los Verdes desde la coalición del gobierno central.
Después de conseguir el mejor resultado de su historia en las elecciones al Parlamento Europeo de junio, el partido busca ahora capitalizar la indignación generada por el ataque en Solingen la semana pasada.
"Las fronteras están abiertas. Todo el mundo puede entrar", aseguró el lunes Stefan Angelov, un agente de seguridad de 35 años en la ciudad de Jena, en Turingia.
De cara al domingo, tiene claro su voto por AfD, "sobre todo después del atentado de Solingen", explicó a la AFP.
En el este de Alemania se palpa el descontento contra el gobierno de Scholz, pero también hacia "el gobierno precedente de Angela Merkel", señala Ursula Münch, directora de la Academia para la Educación Política de Tutzing, cerca de Múnich, en el sur.
Muchos de los habitantes de la antigua República Democrática Alemana comunista se sienten tratados como ciudadanos de segunda, un agravio reforzado por las persistentes desigualdades en salarios o pensiones desde la reunificación de 1990.
También recogiendo los frutos de este disgusto, un nuevo partido creado por la popular figura de extrema izquierda Sarah Wagenknecht crece con fuerza en las encuestas.
Su formación BSW, que se opone categóricamente al envío de armas a Ucrania, aparece con una intención de voto del 15 al 20% en los sondeos y podría tener un papel destacado en la formación de los gobiernos locales en Brandeburgo, Turingia y Sajonia, dice a la AFP Marianne Kneuer, profesora de ciencias políticas en la Universidad Técnica de Dresde.