Registro para manejar: a qué edad se puede tramitar la licencia profesional y para qué casos sirve
La obtención de una licencia profesional para manejar en Argentina está sujeta a requisitos específicos, entre los cuales la edad juega un papel fundamental. La normativa vigente establece criterios claros sobre quiénes pueden acceder a este tipo de permisos y para qué categorías de vehículos son válidos.
Regida por la Ley de Tránsito 24.449, la regulación del tránsito en el país determina las condiciones necesarias para obtener diferentes tipos de licencias de conducir. Estas disposiciones abarcan desde los registros comunes hasta los profesionales.
Licencia de conducir profesional: ¿a qué edad se puede obtener y para qué vehículos sirve?
En Argentina, la edad mínima para tramitar la licencia de conducir profesional es de 21 años. Esta normativa abarca diversas categorías de vehículos, cada una con sus propias especificaciones y alcances.
Clase C: habilita a los conductores a manejar camiones sin acoplado, además de incluir los vehículos contemplados en la categoría B.
Clase D: está destinada a quienes operan unidades de transporte de pasajeros, así como vehículos de emergencia y seguridad.
Clase E: permite la conducción de camiones articulados o con acoplado. Adicionalmente, esta licencia autoriza el manejo de maquinaria especial no agrícola.
Es importante destacar que estas tres categorías de licencias profesionales comparten el mismo requisito de edad mínima. Los aspirantes deben haber cumplido los 21 años para poder iniciar el trámite correspondiente a cualquiera de estas clases.
Registro de manejo nacional: ¿cuáles son los requisitos para sacar una licencia de conducir común?
Para obtener una licencia de conducir común, que incluye la posibilidad de manejar autos, camionetas o motocicletas, los solicitantes deben cumplir con una serie de requisitos establecidos.
En primer lugar, es fundamental que el aspirante sepa leer. En el caso de quienes buscan un registro profesional, también se exige la habilidad de escritura.
El proceso incluye la presentación de una declaración jurada donde se debe informar sobre posibles afecciones físicas, cardiológicas, neurológicas, psicopatológicas o sensoriales, tanto actuales como pasadas.
Además, es necesario someterse a un examen médico que evalúa la aptitud física, visual, auditiva y psíquica del candidato.
Los postulantes deben aprobar una evaluación teórica que abarca temas como conducción, señalización y legislación. Este examen también incluye estadísticas sobre siniestros viales y métodos para prevenirlos.
Es importante destacar que se han incorporado contenidos relacionados con género, roles, estereotipos, identidad de género y violencia de género.
Asimismo, se requiere superar una prueba teórico-práctica enfocada en nociones básicas de mecánica, identificación de fallas en los elementos de seguridad del vehículo y comprensión del funcionamiento del equipamiento e instrumental.
Finalmente, el proceso culmina con un examen práctico de manejo, donde el aspirante debe demostrar sus habilidades al volante en situaciones reales de tránsito.