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Август
2024

Paula Sharim y el regreso de “Primavera con una esquina rota”: “Esta historia podría suceder en cualquier país latinoamericano”

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El 30 de marzo de 1985 se registró uno de los episodios más crudos de la dictadura civil-militar chilena. Ese día fueron encontrados cerca del aeropuerto de Santiago los cuerpos de José Manuel Parada, Manuel Guerrero Ceballos y Santiago Nattino, tres militantes del Partido Comunista que fueron degollados por funcionarios de Carabineros.

En paralelo, el Teatro Ictus -una de las salas de teatro más importantes del país- presentaba la obra “Primavera con una esquina rota“, montaje inspirado en la novela homónima de Mario Benedetti y que aborda el exilio en Uruguay tras el golpe de Estado vivido en dicho país. Roberto Parada, reconocido actor nacional y padre de José Manuel, se encontraba en escena cuando la noticia llegó a sus oídos.

Su reacción, lejos de paralizar lo que estaba sucediendo sobre el escenario, fue continuar con la función. Ese sería, en sus palabras, el mayor homenaje a la memoria de su hijo.

“Yo no vi esa versión, pero esta obra se montó con las cautelas de lo que se podía hacer en aquella época, contando una historia que la dejaron pasar porque no sucedía en Chile, sino que en Uruguay”, contextualizó Paula Sharim, actriz y actual directora del Ictus. “Pero la verdad es que esta historia podría suceder en cualquier país latinoamericano con las dictaduras que ya conocemos“.

“Y lamentablemente, por esas coincidencias horribles que la vida tiene a veces con la realidad, don Roberto se entera de la muerte de su hijo José Manuel Parada estando en escena. Resulta un momento muy estremecedor, casi insólito que pudiera pasar algo así. La verdad es que, como símbolo de su resistencia, él logra terminar la obra. Lo que significó casi hacer el duelo en escena y recibir las condolencias ahí mismo, arriba el escenario”, sumó Sharim.

Obra “Primavera con una esquina rota”, año 1984. Foto: Archivo Ictus

A 39 años de lo ocurrido, el Ictus vuelve a poner en escena esta adaptación hecha por Emilia Noguera Berger. Esta vez, en una función especial en la Villa Grimaldi, uno de los mayores centros de detención y tortura operativos durante la dictadura y que, a pocos días de una nueva conmemoración del Golpe de Estado, invita a reflexionar sobre nuestra memoria.

Lo que significa ir a la Villa Grimaldi es muchísimo. Es muy estremecedor porque la Villa es el testimonio de lo que pasó en la preservación de la historia y de la memoria, y es exactamente lo que nosotros vamos a contar, a un lugar que ha sido un símbolo. Entonces, hacer la función allí tiene un doble sentido para nosotros. El primero es estar ahí, contando esto y también homenajeando a la gente que fue torturada y asesinada en ese lugar”, compartió la directora del teatro, quien también forma parte del elenco junto a Daniel Muñoz, Roberto Poblete, Marcela Medel, Nicolás Zárate y Camila Oliva.

“Por otro lado, también tenemos mucha ilusión de llegar a comunas a las que muchas veces el teatro no puede llegar”, sumó la actriz sobre la significancia de esta obra, que se presentará el próximo jueves 5 de septiembre de forma completamente gratuita y con previa reserva de entradas.

Trabajar por la memoria

Sin embargo, esta no era la primera vez que el Ictus lleva esta historia a un sitio fundamental para la preservación de la memoria: “Hemos estado en muchas partes muy simbólicas también. Tal vez, la más parecida es la función que hicimos en el Museo de la Memoria que, la verdad, lo que nos produce es una satisfacción bien estremecedora, por supuesto. Y que cobra todo el sentido del mundo. Nos hace sentir que estuvo bien que le hiciéramos a pesar de que, a mí, en particular, me da mucho nervio hacerla, por toda la situación; y que fue una obra muy atinada para la conmemoración de los 50 años“.

En ese contexto, Sharim compartió que, además de ser relatos que se presentan en una fecha cercana al 11 de septiembre, son propuestas que van completamente alineadas con los valores que el espacio que dirige busca promover.

El Teatro Ictus se caracteriza, y mientras yo esté se va a caracterizar así, por ser un teatro de resistencia. No solamente porque hacer teatro significa resistir, sino porque creemos y necesitamos dar a conocer a nuevas generaciones lo que pasó desde un punto de vista humano, desde los lugares artísticos que uno sabe contar”, desmenuzó la actriz. “Es una forma de expresar y de combatir el negacionismo“.

Paula Sharim, directora teatro Ictus

En general -agregó-, el teatro es un vehículo súper importante para la memoria. Es más fácil entender por anécdotas teatrales ciertos acontecimientos históricos que, a veces, los libros te los dan muy literal. Y la historia de verdad, humana, a veces ficción, a veces verdad, creo que hace que uno pueda acercarse más a esa realidad. Entender, ver para dónde se quiere ir, y ver cómo resolver. Porque yo siento, en lo personal, que hay muchas cosas no resueltas de ese periodo”.

Por todo esto, reflexionó que “el teatro, y particularmente el Ictus, tiene una labor y una misión al respecto. No nos conformamos con lo que se habla cotidianamente a cada rato en la televisión o en otros medios. Y claro, el teatro tiene menos extensión, menos llegada, pero está ahí, y debería estar siempre ahí, con eso. A pesar de que nosotros también hacemos otras cosas, siempre estamos vinculados a la memoria, a la reflexión, a la denuncia, y eso nos llena de satisfacción. Nos hace sentido“.

Es importante conversar después de estas provocaciones artísticas en familia, con amigos, amigas. Es súper importante. Me parece que esta es una obra bastante dura, pero es muy entretenida. Está actuada de corazón y la gente lo agradece, así que espero que Peñalolén, la gente cercana a la Villa y todos los que quieran pueden estar presentes ese día”, concluyó Sharim.