Decisión crucial: ¿Cuándo ir a terapia por diferencias sexuales?
La sexualidad es una parte fundamental de cualquier relación de pareja. Cuando surgen diferencias en este ámbito, pueden afectar no solo la satisfacción sexual, sino también la conexión emocional y la estabilidad de la relación, incluso, tener repercusiones personales.
Es por eso que, decidir cuándo es el momento de buscar ayuda profesional puede ser un desafío, pero es crucial para mantener una relación saludable.
Señales de alerta
Según la sicóloga Carolina Padilla, siempre que existen ciertas señales las parejas deben conversar y valorar el tema de la terapia antes de que todo se salga de control y sea demasiado tarde.
Para la especialista, y según su experiencia, hay causas que son muy comunes que deben encender una luz de alerta, por ejemplo:
- Disminución de deseo sexual: Si uno o ambos miembros de la pareja experimentan una notable disminución en el deseo sexual y no pueden identificar una causa clara, esto puede ser una señal de que algo más profundo está afectando su área sexual.
- Comunicación poco clara: La incapacidad de hablar abierta y cómodamente sobre sus necesidades, deseos y problemas sexuales puede llevar a malentendidos y resentimientos. La comunicación es esencial para una vida sexual satisfactoria.
- Diferencias en la libido: Las discrepancias en el nivel de deseo sexual entre los miembros de la pareja pueden causar frustración y resentimiento. Si estas diferencias son persistentes y causan conflictos, es un indicativo de que se necesita intervención.
- Problemas de función sexual: Dificultades como la disfunción eréctil, la anorgasmia, la eyaculación precoz o el vaginismo (espasmo de los músculos que rodean la vagina, que ocurre en contra de su voluntad) pueden crear tensión en la relación. Estos problemas pueden tener causas físicas o psicológicas que requieren atención profesional.
- Insatisfacción continua: Si uno o ambos miembros de la pareja se sienten insatisfechos sexualmente de manera constante, es importante abordar la situación antes de que afecte otros aspectos de la relación.
Ante cualquiera de estos escenarios, lo primero es generar una comunicación abierta, crear un ambiente seguro donde ambos puedan hablar honestamente sobre sus sentimientos, deseos y preocupaciones sexuales sin temor a ser juzgados.
Además, es necesario hablar de la guía de un terapeuta en sexualidad que ayude a identificar y abordar las causas y problemas subyacentes. La terapia sexual proporciona herramientas y estrategias para mejorar la comunicación y la intimidad y en todos los casos es diferen
Muchas parejas se benefician de una mayor comprensión de la sexualidad al leer libros, asistir a talleres o cursos sobre sexualidad en los que pueden aprender del tema, conocer nuevas perspectivas y técnicas para mejorar su vida sexual.
También es clave nunca forzar la relación, por el contrario, hacer de su principal fortaleza la comprensión, fortalecer la conexión emocional a través de gestos afectuosos, tiempo de calidad juntos y apoyo mutuo puede mejorar la intimidad sexual.
La respuesta sexual implica la interacción compleja de fisiología, emociones, experiencias, creencias, estilo de vida y relaciones. La disrupción de cualquiera de esos componentes puede afectar el deseo, la excitación o la satisfacción sexual, por ello su tratamiento suele involucrar más de un enfoque.
Consecuencias de no atender el tema
Una de las consecuencias de obviar la falta de satisfacción sexual es sin duda el distanciamiento emocional, donde los miembros de la pareja se sienten desconectados y solos dentro de la relación. Además, las diferencias no resueltas pueden generar resentimientos y conflictos recurrentes, que deterioran la calidad de la relación y aumentan el estrés emocional.
Incluso, si las diferencias sexuales no se abordan, pueden convertirse en un factor decisivo que lleve a la separación o al divorcio.