Vitrina Venezuela: Apuntar al blanco que es la pobreza

Es muy difícil que se alcance el éxito económico en entornos de pobreza. La riqueza, cercada por anillos de miseria, es una burbuja efímera que tarde o temprano estallará; por eso es que este indicador será un condicionante de los triunfos de cualquier plan de Gobierno. Para quien gestione las políticas públicas, será imposible ignorarla y deberá, más bien, considerarla como la brújula de su estrategia.

Por eso es que en forma reiterada proponemos caminos para salir de la pobreza, ya que sin su erradicación –o fuerte disminución, en su defecto– no habrá estrategia viable. Sin gerencia que apoye la eliminación de la pobreza, el objetivo no podrá materializarse.

Liberar al país de la pobreza deberá ser el objetivo a alcanzar. Esto significa asumir el compromiso de adoptar políticas nacionales de desarrollo y fortalecer las instituciones, asegurando esfuerzos hacia la construcción sostenible dentro de un marco de inclusión social y de respeto por los derechos humanos universalmente aceptados.

La cuestión estará, entonces, en balancear la participación del Estado en dirección hacia el mercado y aquí encontrarán una especie de manual para hacer una transición que fluctúe entre asistencialismo inicial y liberalismo con equilibrio al final. Lo cual implicará crear una estrategia que incluya un colchón de seguridad para periodos malos, o una red de protección transferida por tiempo limitado, que responda por aquellos que inicialmente no sean capaces de producir sus propios ingresos, mientras se construyen las condiciones de inversión y desarrollo que crearán fuentes de trabajo que los haga autosustentables.

Los subsidios deberán ser cortos y manejarse de forma que no impida la inversión en el mantenimiento de los servicios. El liberalismo de mercado creará y mantendrá las fuentes de ingreso genuino, mientras el asistencialismo de Estado, en el mientras tanto, acompañará y protegerá durante la transición (seguro de desempleo y capacitación complementaria).

El Estado se verá en la obligación de reconocer el perfil que configura la mayoría poblacional para hacer una distribución equitativa de los recursos y las oportunidades, atrayendo las fuentes de inversión y desarrollo mencionadas.

Se busca que los ciudadanos se suban, junto a la nación, al tren del progreso; pero no como única función del Estado, sino que hasta el sector privado deba contribuir a nivelar hacia arriba las desigualdades, tendiendo a eliminar la pobreza. En este sentido, el Estado –no solo el Gobierno– cumplirá siempre un rol regulador.

Será el mercado el punto de encuentro entre las filosofías asistencialistas y el capitalismo al determinar las prioridades. La falsa dicotomía entre ambos modelos teóricos resulta limitante porque, en la práctica, no debe necesariamente optarse por alguno de los dos, sino tomarse elementos de cada uno. Capitalismo versus asistencialismo es un dilema real, pero la falsedad está en la concepción que asegura que debe elegirse entre uno y otro.

Así, deberán corregirse los errores del modelo anterior y mantener aquellas cosas consideradas positivas, porque el proyecto que aquí se propone pretende no solo sugerir la forma de desatar los nudos sin planteamientos ideológicos o principistas, sino que, además, propone encarar un futuro para el cual todas las partes involucradas deberán hacer concesiones en pos del bien común. Esto significa que alcaldes, gobernadores, ministros y otras figuras de poder de cuantos bandos políticos existan, deberán trabajar armoniosamente por generar un cambio efectivo.

Será el momento de los renunciamientos históricos, de apartarse y ceder espacios si los que hoy ocupan dividen en vez de sumar. De no ocurrir, nos encontraremos en el cuadrante estratégico en el que nadie quiere estar: en el que todos perdemos.

La única forma de que este modelo mixto funcione será transformando cinco dimensiones: cuatro internas (social, política, económica y Gobierno-Estado, que a los efectos de este trabajo serán sinónimos) y una externa (entorno internacional).

Cada vez más la estrategia de un país forma parte del entorno y el entorno, a su vez, influye en la estrategia. No es posible llegar a ser rico de forma aislada. En esta nueva etapa llena de esperanza y optimismo, el trabajo del Gobierno-Estado será armonizar todos los elementos anteriores.

Noticias destacadas

• El Nacional. Venezolanos desafían la censura: VPN, el nuevo escudo digital contra el apagón informativo.
• The New York Times: No hay pruebas de que Maduro ganara, dice el rector Delpino del CNE. Reaparece y denuncia que no hay pruebas de que Maduro haya ganado (claro que lo hace desde la clandestinidad porque de otra manera se juega la vida).
• Financial Times: María Corina Machado pide una «transición pacífica y ordenada» en una entrevista con el FT. Hablando desde la clandestinidad, Machado, una exlegisladora conservadora y descendiente de una familia adinerada, dijo al Financial Times que Maduro «quiere sembrar terror, pero eso no es sostenible». «Claramente, mucha gente tiene miedo y su instinto es protegerse, y nosotros tenemos el deber de cuidar a nuestra gente mientras aumentamos la presión», dijo Machado. «No vamos a abandonar las calles». El final del régimen del horror se acerca.
• Financial Times. Horacio Velutini, presidente de la Bolsa de Valores de Caracas: «Hay un dilema ya que la oposición no está ofreciendo estabilidad ni la eliminación de sanciones en estos tiempos de crisis política… El sector empresarial venezolano busca estabilidad y no más sanciones».
• El Impulso: José Manuel Puente: El desempeño económico del país en 2024 será peor de lo que se estimó hace seis meses.
• El Cooperante: Pese a los esfuerzos del BCV: brecha cambiaria escala a 16,45%.
• EFE: Exxon cree que el petróleo seguirá siendo «esencial» en 2050 debido a su uso industrial (bueno, habrá que ver, porque ellos no son objetivos… son más bien expresiones de deseo convenientes para su negocio; creo que seguirá siendo importante, pero no creo que será esencial).

Lo que no fue noticia (y debería serlo)   

• Que los ánimos en el Medio Oriente se están caldeando cada vez más; porque se están acostumbrando, desde Hezbolá/Hamás, y desde Israel, a un nivel más alto de conflicto, acercándose peligrosamente a que Irán y Estados Unidos se unan formalmente al conflicto. Algo similar está ocurriendo en Rusia-Ucrania, donde Rusia está aumentando la presión ante la incursión de Ucrania en su territorio geográfico, forzando a que la OTAN intervenga abiertamente.
• O que es muy extraño el concepto de estabilidad planteado por el presidente de la bolsa; estabilidad con corrupción y robo descarado, con el pueblo en contra por hambre, sin electricidad, entre otras características que todos conocemos y padecemos; además de una represión salvaje a las bases pobres de pueblo -cumpliendo la amenaza del baño de sangre- que una vez supo ser chavista. Esa actitud, representativa de un grupo de empresarios -con nombre y apellido- claramente identificados desde hace tiempo con el chavismo, tiene más bien un tufillo a enchufe y a complicidad.
• Ni que también habría que entenderlos; porque si a estas alturas, con la hipersensibilidad del chavismo, la dirigencia empresarial dijera algo distinto a darle su apoyo a la revolución, se exponen a perder la vida; porque con su nivel de visibilidad, no los pueden solo encarcelar o desaparecer. Yo les advertía desde hace tiempo que se estaban prestando a un juego en el que el chavismo siempre salía ganando, y los empresarios quedaban como idiotas útiles (o compañeros de ruta que es lo mismo). Claro que también es posible que sean de los pocos que estén lucrando con esta situación del país. No olviden que el dinero va y viene, pero ellos… bueno… la sociedad los señalará y hasta su propia familia los castigará. De hecho, a un par de ellos, sus familias ya los vienen castigando desde hace tiempo… triste papel que deja muy mal parado al empresariado como un todo.
• Tampoco que desde principios de este año ya anticipábamos que el desempeño económico de este 2024 iba a ser muy malo. Porque los analistas optimistas usaban premisas acomodaticias para agradar el gobierno, así eso significara darles mensajes confusos a los empresarios. Es lo que yo llamaba optimismo fantasioso, y hasta cómplice. Porque siempre es mejor reconocer la realidad, y solo a partir de allí construir el optimismo; siempre con los pies sobre la tierra para asegurarse de sobrevivir la coyuntura: optimismo informado.

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