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Август
2024

¿Cómo recuperar una aerolínea como Lacsa?

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“Nos encanta la gente” era el eslogan de Lacsa, la aerolínea más grande y exitosa que tuvo Costa Rica. Fundada en 1946, fue la principal empresa aérea de Centroamérica durante casi 50 años; conectaba a San José con el continente americano.

En los años 80, Lacsa vivió su apogeo; poseía aviones modernos, como el Boeing 727 y el Airbus A320, que mejoraron su servicio y consolidaron su reputación. Sin embargo, en 1992, las dificultades económicas condujeron a la venta de la aerolínea a TACA.

Con el tiempo, Lacsa desapareció, y TACA dominó en la región hasta que fue adquirida por Avianca en el 2013. Lacsa sigue presente solo en el indicativo de los pilotos, mientras todo lo demás opera bajo la marca Avianca Costa Rica, filial de Avianca.

Desde que esta tomó el control de TACA, aerolíneas de todo el continente vieron oportunidades en Costa Rica. Surgieron nuevos proyectos de aerolíneas con bandera costarricense, pero pocos prosperaron.

En el 2012, Ticos Air fue fundada, pero no despegó debido a la falta de inversionistas. En el 2015, Air Costa Rica obtuvo el certificado de operador aéreo (COA), pero sus operaciones fueron suspendidas por problemas técnicos.

Holiday Air, en el 2016, tampoco logró concretarse. La única aerolínea internacional que obtuvo el COA y que aún está operando es Vuela Aviación S. A., empresa hermana de la aerolínea mexicana Volaris.

El gerente general de Volaris Costa Rica explicó en el 2017 que querían volar a más de 25 destinos en el 2020. Por supuesto, en aquel momento nadie previó el impacto que la pandemia tendría en la aviación comercial. Casi ocho años después de su fundación, Volaris Costa Rica sigue siendo diminuta en comparación con lo que fue Lacsa.

Tener una aerolínea nacional no solo mejorará la conectividad aérea, sino que facilitará el acceso a destinos clave, tanto dentro como fuera del país, lo cual impulsará significativamente el comercio, el turismo y, en general, la economía.

Lo anterior se traduciría en un incremento de turistas y en mayores oportunidades para los negocios locales de expandirse internacionalmente. Además, una aerolínea nacional crearía empleo en diversos sectores, tales como la aviación, el turismo y el transporte. También reforzaría la identidad del país mediante la proyección de su imagen en el extranjero y la promoción del orgullo nacional.

Al tener el control de las rutas estratégicas, se aseguraría una mayor estabilidad en la oferta de vuelos y se alinearía el transporte aéreo con los intereses y necesidades del país.

Obstáculos por vencer

Nuestros vecinos panameños han logrado que Copa Airlines, fundada dos años antes que Lacsa, opere hacia más de 85 destinos en el continente, con más de 100 aviones Boeing 737. Costa Rica podría hacer lo mismo, pero enfrenta tres grandes obstáculos.

Primero, es necesario invertir en infraestructura aeroportuaria. El aeropuerto Juan Santamaría ha llegado a su capacidad máxima; su terminal es pequeña y carece de calles de rodaje. El Daniel Oduber enfrenta problemas similares; se satura en las temporadas altas. Además, hay escasez de controladores aéreos, lo que afecta las operaciones en el país.

Segundo, la burocracia de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC) es un gran obstáculo. El COA se obtiene después de completar cinco fases, que incluyen la presentación de requisitos, entrega y evaluación de documentos, inspecciones y vuelos de demostración.

El proceso es largo y complicado, lo que desanima a los potenciales inversionistas, ya que una aerolínea no genera ingresos sin el COA. Cuanto más se demore, más recursos se necesitan, lo que hace que muchos opten por sectores más ágiles.

Entre el 2012 y el 2016, solo una de cuatro aerolíneas logró obtener el COA, debido a un proceso lento y lleno de trabas.

Por último, falta innovación en la aviación comercial costarricense. Sansa, líder en el mercado doméstico, no ha aumentado su flota ni sus rutas internacionales. A pesar de su potencial, el riesgo de crecer fuera del país parece desalentador, y la ausencia de una cultura de innovación limita nuevas oportunidades.

Costa Rica puede recuperar una aerolínea internacional que, al igual que Lacsa, vuelva a conectar al país con el mundo. Para ello, es crucial mejorar la infraestructura, agilizar la burocracia y fomentar la innovación en las aerolíneas nacionales para que se expandan y revitalicen tanto la economía como la identidad costarricense en el ámbito global.

noahpfisterlibby@gmail.com

El autor es estudiante de Gestión Estratégica e Innovación en Innsbruck, Austria.