La FAO y su compromiso con la seguridad alimentaria
Ciudad de Panamá, agosto 25. — El subdirector general y representante regional para América Latina y el Caribe de la FAO, Mario Lubetkin, viajó a Panamá como parte de una gira por la región dirigida a consolidar la labor del organismo, reportó Prensa Latina.
El experto igualmente asistió al lanzamiento en el istmo de la campaña por el Día Mundial de la Alimentación, que se celebra cada 16 de octubre.
En diálogo exclusivo con Prensa Latina, el también comunicador de nacionalidad uruguaya amplió sobre la agenda de trabajo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) con las nuevas autoridades del gobierno del presidente José Raúl Mulino, así como los retos de la seguridad alimentaria en el área.
Prensa Latina (PL): ¿Cuál es el panorama del mundo y de la región en materia de seguridad alimentaria?
Mario Lubetkin (ML): Hace algunas semanas presentamos el Informe sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo (SOFI 2024) junto a otras agencias de Naciones Unidas. Este informe revela que aproximadamente 733 millones de personas sufrieron hambre a nivel mundial en 2023.
A eso se suma que más de dos mil 800 millones de personas en el planeta continúan sin poder acceder a una dieta saludable. Eso significa que, aunque estén consumiendo calorías suficientes, no están obteniendo los nutrientes necesarios para crecer, y en algunos casos para sobrevivir.
En América Latina y el Caribe se observó un avance, con una reducción de 4.3 millones de personas que dejaron de padecer hambre, pero estos avances no son uniformes ni suficientes.
Aún persisten 41 millones que sufren hambre en la región, y la malnutrición continúa siendo un problema grave que afecta a millones.
La doble carga de la malnutrición es un desafío alarmante que afecta tanto a niños como a adultos en nuestra región. El aumento significativo en la obesidad refleja un cambio preocupante en los patrones alimentarios y de actividad física.
Paralelamente, el sobrepeso infantil sigue en ascenso, lo que plantea serias preocupaciones para la salud futura de nuestras poblaciones.
PL: ¿Qué ha propuesto la FAO luego de ver estos resultados?
ML: Para la FAO es muy importante continuar brindando asistencia técnica e impulsando la cooperación entre los Gobiernos en temas de seguridad alimentaria y nutricional.
Sin embargo, tenemos que dejar de atender esta problemática solo desde el ángulo de la producción de alimentos. Se trata de un esfuerzo intersectorial con vínculos con la salud, la economía y el medio ambiente.
Por otro lado, el impacto de la crisis climática, la pérdida de biodiversidad, las restricciones económicas, los conflictos, entre otros factores, continúan representando importantes desafíos para la seguridad alimentaria y la nutrición.
Por lo tanto, es urgente adoptar políticas públicas integrales y prácticas que promuevan una alimentación saludable y el bienestar desde una edad temprana, para evitar mayores consecuencias a largo plazo y consolidar sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles.
Desde la FAO estamos dedicando grandes esfuerzos a establecer mecanismos para mejorar la preparación y la resiliencia de las comunidades, sus medios de vida, para así garantizar la seguridad alimentaria y una mejor nutrición para todas y todos.
PL: ¿Cuál es el objetivo este año de la celebración del Día Mundial de la Alimentación?
ML: Cada año la FAO conmemora el 16 de octubre con un tema para resaltar la importancia del derecho a la alimentación adecuada. Este año el mensaje principal está dirigido a promover el Derecho a los alimentos para una vida y un futuro mejor.
El derecho a una alimentación adecuada es fundamental para el ejercicio de todos los derechos humanos y el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.
Lo que la FAO busca promover con el lema de este año es asegurar que todos tengan acceso a alimentos nutritivos y asequibles, resaltando que esto requiere la colaboración de gobiernos, sector privado, agricultores, academia, sociedad civil y de cada uno de nosotros como ciudadanos.
Hacer realidad el derecho a la alimentación requiere una acción colectiva. Prueba de ello son las señales esperanzadoras de las cifras de reducción del hambre, un resultado que responde a esfuerzos conjuntos, no aislados.