Evitemos los errores de Lula para ser un polo de IA
En los próximos días, el asesor presidencial Demian Reidel y el presidente del BCRA, Santiago Bausili, expondrán sobre la iniciativa del gobierno de Javier Milei de transformar a la Argentina en un "hub internacional de inteligencia artificial (IA)", en un evento organizado por el Instituto Milken en Nueva York. Es un nuevo paso que el Gobierno lleva adelante para atraer inversiones de este calibre para el país y con ello transformar la matriz productiva nacional.
No sólo Argentina ha visto en la IA un objetivo estratégico nacional, Brasil también se ha venido moviendo, aunque sin tanto ímpetu como el gobierno del Presidente Milei. Sin embargo, cabe destacar que Brasil es el país más avanzado de América Latina en el uso de IA, según la investigación realizada por la consultora IDC, con un 63% de las empresas que utilizan datos y análisis también utilizan IA, en comparación con un promedio de 47% en América Latina.
La regulación de IA en el país vecino avanza a un ritmo lento y podría perjudicar el desarrollo de la tecnología en Brasil y la innovación en el sector productivo. El proyecto de ley 2338 de 2023, en discusión en la Comisión sobre IA en el Senado brasileño, propone una legislación muy restrictiva. La iniciativa que busca frenar el uso indebido de la tecnología con relación al usuario también, según advierten los especialistas, trae el riesgo de aislamiento y retraso tecnológico a Brasil.
El proyecto de ley, siguiendo la vieja costumbre brasileña de hiperregular todo, excede su objetivo de colocar límites a la tecnología al intentar regular la propia IA en sí, haciendo que la ley se aplique desde la concepción y desarrollo de los sistemas, en lugar de dar relevancia al uso y aplicaciones por grado de riesgo, lo que resulta en barreras al desarrollo tecnológico nacional brasileño.
El texto que está siendo analizado establece una amplia gama de normativas que van más allá del análisis de riesgos y protección del usuario final. La propuesta de ley, según la industria, provoca inseguridad jurídica al establecer una superposición de competencias regulatorias entre los distintos organismos de control, dificultando la interpretación y aplicación de la ley. Además, se destaca la posibilidad de que el regulador pueda violar secretos comerciales e industriales, interviniendo en el propio negocio del privado y hasta en sus procesos internos debido a la excesiva gobernanza, incluso para aplicaciones que no son de alto riesgo ya que no poseen interacción con humanos. Brasil se camina a construir un marco regulatorio muy similar al europeo, con hiperregulaciones que sobreprotegen al usuario en detrimento del desarrollo empresarial y tecnológico.
El caso de Brasil, así como el de la Unión Europea, debe ser considerado por el gobierno de Milei para no cometer el mismo error. En consecuencia, debemos destacar que el principio fundamental para legislar sobre la IA es un marco legal que regule las aplicaciones de los sistemas de alto riesgo, que es la etapa en la que se materializan y pueden ser evaluados, y no en el momento de su concepción y desarrollo de los sistemas como lo quieren hacer en Brasil, destruyendo con ello la posibilidad de innovación tecnológica y con ello todo su derrame. "La nueva regulación debe nacer desregulada", brindando el máximo de flexibilidad a los emprendedores y pymes nacionales para que puedan absorber, por un lado, el uso intensivo de los sistemas a partir de la IA, pero también para que puedan desarrollar productos y servicios en el marco de la Cuarta Revolución Industrial.
Nuestro país tiene ventajas competitivas inigualables para el desarrollo del "cuarto polo global de IA", tal como no se cansan de repetir el Presidente Milei y Reidel. La Argentina cuenta con un conjunto de activos casi únicos que lo hacen altamente atractivo para su desarrollo. Primero, gracias a la revolución de shale en Vaca Muerta y principalmente el gas natural, así como la energía eólica y solar, nuestro país posee un acceso muy barato a la energía. En segundo lugar, por ser un lugar austral, más de la mitad de su territorio posee un clima templado a frío, muy necesario para la operación de infraestructura de IA. En tercer lugar, su geografía insular alejada de las zonas de conflicto globales nos transforma en un lugar prácticamente único, donde además contamos con grandes regiones inhabitadas como la Patagonia con un costo muy barato de acceso a la tierra. Pero, además, contamos con mano de obra calificada en sistemas y una comunidad de emprendedores y unicornios expresiva, con Mercado Libre como gran abanderado.
El futuro de transformación de la Argentina podría estar anclado en el trinomio que nos dio la naturaleza: energía + geografía + temperatura. Sin embargo, necesitamos un ‘marco regulatorio desregulado' para la IA que no sea un obstáculo para el desarrollo de la nueva tecnología en el país. El RIGI junto a una macroeconomía que se estabiliza es el camino. Aprendamos de los errores de nuestros vecinos y abracemos la cuarta revolución industrial sin miedos, sin ideologías, sin reparos, sin chovinismo nacionalista delirante. En síntesis, sin ser la Argentina de siempre, "la Argentina de la máquina de impedir".